Central de emergencias del 112, situada en Marratxí. | CAIB

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La central de emergencias del 112 ha recibido en julio y hasta el 13 de agosto hasta 83 alertas de casos en los que no se ha conseguido contactar con personas que debían estar aisladas ya sea porque son positivos en COVID-19 o porque son contactos estrechos a los que hay que vigilar si dan positivo en la enfermedad.

En concreto hubo 19 alertas el mes de julio, de las que 9 se localizaron en Palma y otras 64 hasta el pasado jueves 13 de agosto, de las que de nuevo el grueso (37) recayó en la capital.

Cabe recordar que cada vez que una persona da positivo en este coronavirus se le realiza una vigilancia activa a domicilio, si el caso no reviste de gravedad, y se inicia un rastreo de sus contactos más estrechos por si han estado expuestos. A cada uno de ellos se les realiza una PCR y se les solicita un confinamiento de diez días, hasta que se dé un segundo resultado negativo. El método de vigilancia es a través de llamadas telefónicas diarias.

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Cuando las rastreadoras no encuentran a los interesados en su casa, o éstos se muestran reticentes, primero se les intenta convencer de la importancia de acatar las instrucciones y si no se consigue, se notifica al 112.

Emergencias activa al agente de seguridad que corresponda que procederá a visitar al paciente o aislado. Muchas de las incidencias se resuelven porque podrían derivarse de un problema de comunicación pero si es un desacato y persiste, la misma consellera de Salut puede firmar resoluciones de detención, como ya reconoció haber hecho en dos ocasiones, la semana pasada.

Las infracciones consideradas graves como es el incumplimiento de normativas para afrontar esta crisis puede acarrear multas de entre 3.001 y 60.000 euros.