El discurso de moderado optimismo, con una buena dosis de prudencia, está presente en el libro de ruta del Govern, cuyo portavoz autonómico del comité del coronavirus, Javier Arranz, desglosó este domingo las cifras oficiales sobre la COVID-19 con las que cuenta Salut, y que dejan un panorama alentador en comparación con jornadas anteriores.
Tanto, que el doctor Arranz fue contundente al afirmar que «podemos haber pasado el pico y estamos en bajada. Eso no quiere decir que no haya más picos, y por eso, para estar seguros, veremos si no tenemos esos repuntes, que son previsibles».
Puntualizó Arranz sobre las cuatro nuevas víctimas mortales contabilizadas en Baleares que «pendientes de validar, son 3 en Ibiza y 1 en Mallorca. Dos seguramente en Ibiza, y uno tercero es difícil de validar, confirmando que el motivo es éste». Al respecto, quiso informar de que «no siempre se puede dar esa información el mismo día, lleva unos días validarla y por eso nos cuesta. Permítanme que la demos con pinzas, porque en cuanto a personas fallecidas queremos ser lo más fiables posible».
Preguntado sobre la conjuntivitis como síntoma previo a la COVID-19, quiso informar a la ciudadanía de que ya se contemplaba por parte de Salut. «En la primera sesión en Baleares ya se comentó que había casos de oftalmólogos que se habían contagiado», explicó Arranz. «Cuando hablamos de transmisión hablamos de mucosas y gotas. Las mucosas oculares también pueden contagiar. Hay otros síntomas, como la falta de olfato que es uno de los síntomas que se asocia a los pacientes. Se añaden nuevos síntomas, y algunos nos llaman la atención y nos dan pistas para asociarlo a otros y ayudan a llegar al diagnóstico», dijo al respecto.
Igualmente, el portavoz autonómico descartó que los servicios de urgencias sufran «presión asistencial. La gente hace el confinamiento, no va a Urgencias. Hay, o puede haber presión, en las Unidades de Cuidados Intensivos. En Atenció Primària no la hay, sí la hay por llamadas telefónicas». Y puntualizó que «tal vez sí que las Urgencias extrahospitalarias tengan presión asistencial porque la gente puede preocuparse de noche. No estamos en presión, y cuando bajen los casos, reorganizaremos el sistema sanitario para evitar también un auimento de la presión asistencial», aseguró el galeno.
Por lo que se refiere a la reincorporación de trabajadores sanitarios que han dado positivo, está en marcha el protocolo de actuación, «pero todavía no lo hemos adaptado, y esta semana se discutirá. En nuestra comunidad, un profesional sanitario que inicia síntomas se le somete a una PCR y, si hay infección, se le aparta de la atención y se observa la evolución. Todavía no adaptamos el protocolo porque no está adaptado a nuestra normativa. La semana que viene veremos cómo aplicarlo», dijo sobre ello.
Y en cuanto a la coordinación con los centros hospitalarios privados del archipiélago, admitió que «están coordinados. Algunos vienen de la experiencia china o de otros países, e incluso de la nuestra. Puede que alguna clínica en nuestro país use algún tratamiento diferente, pero que entra dentro de los tratamientos en pruebas»
Sobre la afectación del COVID-19, a nivel técnico ofreció Javier Arranz una completa explicación, haciendo un paréntesis en lo que a la actualidad candente respecta. «En este virus, igual que otros como la gripe, las personas de más edad son las más afectadas. Va a los pulmones, genera una gran inflamación, provoca dificultad para respirar y hace que las personas no evolucionen. En las de mayor edad, esa inflamación es más devastadora». Y en ese punto, remarca que «lo que causaría la muerte sería que esta tempestad inflamatoria afectara al resto del cuerpo. Una persona más joven puede aguantarlo mejor», decía. Pero advierte que la edad no es un factor definitivo. «Es verdad que en gente de más de 60 años hay un riesgo, pero también están las situaciones personales que hacen que gente más joven pueda verse afectada», concluyó.
También disertó sobre los tratamientos que se practican con los pacientes ingresados en los diferentes centros hospitalarios de Baleares, «diversos, en función de la gravedad de la situación del paciente». Describió como «el más grave, una buena oxigenación para mejorar el oxigeno que llega al resto del cuerpo. Hay tratamientos con combinaciones de antivirales o medicación inmunomodulador y también se prueban tratamientos biológicos contra la inflamación pulmonar, para disminuirla». Además, refirió «en último término, tratamientos antiparasitarios, que se usan con la malaria, y tienen un efecto contra la inflamación, y que se utilizan en pacientes moderados. Hay tratamientos que surgen como el suero de convalecientes, útil en el Ébola y en otros tratamientos.
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