Las denuncias que recibe la delegación del Banco de España en Palma por créditos con tipos de interés de usura van al alza, pero los informes que elabora la entidad bancaria no son vinculantes para cortar de raíz estas prácticas abusivas.

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Más de 2.000 ciudadanos residentes en Balears pagan en estos momentos intereses de usura a empresas financieras que ofrecen los denominados créditos rápidos. Los tipos de interés que llegan a pagar superan el 22 %, frente al 9 % de media de la banca tradicional.

El portavoz de la Asociación de Consumidores y Usuarios de Balears (Consubal), Alfonso Rodríguez, critica esta práctica «porque se ha extendido desde el inicio de la crisis económica en todas las Islas. En estos momentos es un auténtico problema social por los efectos negativos que tiene en el seno de las familias, que han visto duplicada y triplicada su deuda con las empresas de crédito rápido por sus prácticas comerciales y los elevados tipos de interés que cobran».

Rodríguez añade que va en aumento el número de reclamaciones que Consubal canaliza cada año, «pero no es más que la punta del iceberg de un fenómeno que se lleva con sigilo en las familias y por parte de los beneficiarios de estos préstamos».

Afectados y préstamos

Consubal cifra en más de 2.000 los baleares afectados «pero la cantidad es muy superior a tenor de las quejas que recibimos mensualmente por intereses abusivos, porque una cosa es solicitar un préstamos y otra poder amortizarlo con unos tipos que llegan hasta el 26 % anual. Además, a final de año hay empresas que ofertan dinero a los clientes y ello aumenta la deuda como si se tratara una auténtico bola de nieve».

La proliferación de este tipo de entidades, entre las cuales las más conocidas son Cofidis o Cetelem, demuestra según Rodríguez «que el poder adquisitivo de las familias de las Islas no se ha recuperado y que echan mano de estos préstamos de consumo porque se conceden en menos de cinco días y sin dar muchas explicaciones. Esto justifica el crecimiento de empresas porque también aumenta la demanda».

Consubal ha detectado que el crédito medio que se solicita es de unos 2.500 euros, pero se llegan a superar los 6.000 y 10.000 euros. «Todas las entidades actúan con opacidad y si un cliente quiere amortizar la deuda tiene que hacer frente a cláusulas de rescisión también abusivas. Así, si uno ha pedido un crédito de 2.000 euros, al amortizarlo anticipadamente le pueden pedir el doble».

Rodríguez avisa de que estas entidades pueden llegar a solicitar embargos si la deuda contraída no se paga. Afirma que es aquí «cuando se producen dramas familiares y personales por los daños a terceros que se ocasionan».

En estos momentos la organización de consumidores asesora a afectados por estos créditos que han denunciado judicialmente a las empresas, denuncias que también ha llegado al Banco de España.

«Estos tipos de interés llegan a la usura, circunstancia que lo sabe el Banco de España y no hace nada para erradicarla porque la considera una práctica generalizada», puntualiza el portavoz de Consubal.