Las dudas afectan a los propietarios de pisos, que no tienen licencia.

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A las puertas de la temporada turística y con la ley que regula el alquiler vacacional aprobada hace ya ocho meses, aún existen incógnitas entre los propietarios que arriendan su vivienda a turistas y/o a residentes por semanas y que no cuentan con la correspondiente autorización de la Conselleria de Turisme. Las dudas han surgido, según la patronal de alquiler turístico Habtur, a raíz de las declaraciones del director general de Turisme, Antoni Sansó, «quien en diversas manifestaciones públicas se ha referido a la posibilidad de ejercer el alquiler turístico sin licencia a través de la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) siempre que no exista prueba de comercialización».

El presidente de Habtur, Joan Miralles, entiende que estas declaraciones «entran en contradicción» con la Ley de Turisme aprobada el pasado verano, por lo que reclama una respuesta «clara». Para ello, la entidad registró ayer en la Conselleria de Turisme una pregunta con solicitud de respuesta escrita «para clarificar las repercusiones legales del ejercicio de la actividad a través de la LAU». En concreto, Habtur pregunta si se pueden alquilar viviendas con un contracto LAU pese a que la finalidad del arrendamiento sea turística, siempre que no se comercialice a través de un canal de oferta turística que implique hacer reservas a través del enlace. Desde la patronal temen que si se lleva a cabo esta actividad y se denuncia, el propietario pueda estar expuesto a una multa de entre 20.000 y 40.000 euros, como establece la Ley. Asimismo, tienen dudas sobre si los arrendadores se convierten, de facto, en empresas comercializadoras de estancias turísticas en viviendas.

El presidente de la entidad recordó que en caso de llevar a cabo la actividad a través de la LAU no se pagaría el impuesto turístico, una medida que la entidad siempre ha apoyado. Además, Miralles lamentó que no pueden ejercer la actividad «con garantías si desde la Conselleria de Turisme se envían mensajes contradictorios». «Hemos llegado a un punto en el que las medias tintas no sirven», sentenció.