La entonces consellera de Transparència, Ruth Mateu, dimitió de su cargo en enero por la adjudicación de una serie de contratos menores.

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La mayor crisis política que ha vivido hasta la fecha el Govern, con la dimisión de la consellera de Transparència, Ruth Mateu y de parte de su equipo por la adjudicación de contratos menores a dedo al jefe de campaña de Més no ha tenido efectos visibles a la hora de reducir este tipo de contratación por parte del Govern.

De hecho, desde que se produjo las dimisión, el Govern ha batido todos los récords en este formalizacion de estos contratos y ha adjudicado 586 entre abril y julio de este año, lo que supone un auténtico récord y un aumento del 12 por ciento con respecto a los firmados en el mismo periodo del año anterior, cuando hubo 520.

Entre abril de 2015 y julio de 2016 hubo 256 contratos de este tipo y la cifra se reduce progresivamente conforme se retrocede en el calendario hasta llegar a los 11 que se firmaron entre abril de 2011 y julio de 2011, el último año del que hay estadísticas.

Los contratos menores son una modalidad de contratación que en muchos casos sirven para que la Administración pague por la realización de trabajos urgentes o por la compra de suministros específicos sin tener que pasar por todo el proceso de contratación.

Aire acondicionado

Un contrato menor tipo sería, por ejemplo, el formalizado para arreglar el aire acondicionado de unas dependencias o para comprar vendas o gasas en un hospital que se ha quedado sin estos suministros. El problema surge cuando estos contratos se adjudican además a dedo, sin publicidad e incluso sirven para pagar estudios o análisis muy específicos o trabajos encargados directamente a una persona concreta.