El avión efectuó su salida a las 9:15 desde Atenas, y tenía previsto su aterrizaje en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas a las 12:00 horas del mediodía, pero cuando sobrevolaba el mar Mediterráneo, el comandante solicitó a la torre de control de Son Sant Joan que se activase el protocolo antiterrorista establecido en la normativa aérea.
Rápidamente, agentes de la Guardia Civil especializados en explosivos (TEDAX) y efectivos de la Benemérita del aeropuerto palmesano inspeccionaron la aeronave y a los pasajeros, tras bajarlos del avión. Durante varias horas, todos los viajeros fueron cacheados en busca de armas o explosivos, se les revisó el equipaje, tanto de mano como embarcado, y se comprobó minuciosamente su documentación. Transcurrido este tiempo los pasajeros pudieron regresar al interior del avión para poner rumbo a Madrid.
Fuentes oficiales de la Guardia Civil han confirmado que se trató de una falsa alarma tras no descubrir elementos peligrosos, y que se tomaron las precauciones necesarias teniendo en cuenta que Madrid se postula como uno de los principales objetivos del terrorismo yihadistas en España.
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