Cada hogar balear realiza un desembolso medio de 4.056 euros al año en comida y bebida, lo que supone un 7 por ciento menos que la media del estudio (cerca de 4.361 euros) y un 18 por ciento menos que el del País Vasco, que es la Comunidad con el resultado más alto del informe, con 4.957 euros. Asimismo, el gasto de las islas representa un 9 por cientomás que el gasto medio por hogar de Extremadura, que es la región con la cifra media más baja del análisis (3.718 euros).
Así lo revela un estudio realizado por Eroski Consumer sobre cuánto gastan las familias españolas en alimentación y cómo ha evolucionado ese gasto desde 2006, para lo cual se han utilizado microdatos del Instituto Nacional de Estadística (INE), que aportan información sobre 70 categorías de productos alimenticios.
El informe revela que en las islas, la carne (charcutería, carne de ave, bovino, porcino, despojos y casquería) es el producto en el que más invirtieron las familias de Valeares, al igual que el resto de Comunidades estudiadas, concretamente, un 21 por ciento del presupuesto en comida, lo que se traduce en un gasto familiar de 848 euros anuales.
A la carne, le siguen el pan y cereales, la leche, el queso y los huevos; el pescado, las frutas, las hortalizas (incluyendo patatas y otros tubérculos); y las aguas minerales, bebidas refrescantes y zumos, que suponen entre un 15 y un 7 por ciento. Por su parte, alrededor del 4 por ciento se destina a la compra de azúcar, confituras, miel, chocolate, confitería y helados, mientras que al resto de categorías de productos se destina menos de esa proporción.
Por otro lado, indica que entre 2006 y 2011, el presupuesto medio de los hogares del archipiélago decreció un 9 por ciento, siendo la evolución más negativa del estudio, mientras que, por el contrario, el IPC creció en ese periodo en Balears un 11,1 por ciento en los alimentos y las bebidas no alcohólicas y un 48,5 por ciento en bebidas alcohólicas y tabaco.
Pese a ello, en esos cinco años, la inversión familiar media en las islas ha fluctuado de forma muy diversa, de manera que en 2007, apenas aumentó un 0,6 por ciento y un año después, también lo hizo pero de manera importante, un 10 por ciento.
Mientras, en 2009, también creció, aunque en menor proporción, al no llegar al 2 por ciento, al tiempo que en 2010, comenzó a caer un 4 por ciento, una tendencia que continuó en 2011 cuando se produjo la punta más negativa, tras decrecer un 5 por ciento.
Así, las familias baleares realizan un gasto superior al global del análisis en azúcar, confituras, miel, chocolate, confitería y helados; café, té y cacao; aguas minerales, bebidas refrescantes y zumos; espirituosos y licores, vinos y cervezas.
Por el contrario, hacen un gasto inferior a la media en pan y cereales, carne, pescado; leche, queso y huevos; aceites y grasas; frutas, hortalizas; y salsas y condimentos, sal, especias y hierbas culinarias; sopas, preparados para postres y levadura; alimentos para bebé y productos dietéticos.
En cinco años, según el citado estudio, el carro de la compra de las familias del archipiélago ha variado, de forma que destaca la evolución negativa que ha tenido la inversión en aceites y las grasas (un 43 por ciento) y también en vinos (un 26 por ciento); mientras que en café, té y cacao los hogares en las islas han aumentado su presupuesto un 54 por ciento.
Asimismo, otro tipo de productos que también han disminuido su presupuesto de manera importante son la carne (-13 por ciento) y las hortalizas (-10 por ciento).
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