El ex presidente del Govern Jaume Matas remitió este martes un escrito al titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Palma, José Castro, en el que le pide el sobreseimiento libre y el archivo de la pieza sobre la adjudicación del Palacio de la Ópera de Palma al arquitecto Santiago Calatrava ante la "inexistencia de indicios incriminatorios", contra él "tras la fructífera y cuidada instrucción llevada a cabo por el juez".
Así, en el escrito enviado por el abogado de Matas, Rafael Perera, se subraya que en esta pieza separada del caso Palma Arena "no se objetivan indicios racionales de ninguno de los delitos" de los que se le acusa, que, concretamente, son malversación de caudales públicos, prevaricación y fraude a la administración, en base a los cuales el fiscal y la letrada de la Comunidad Autónoma tienen solicitada contra él la medida cautelar de una fianza de responsabilidad civil de 1,6 millones de euros.
En el citado escrito, remitido el mismo día en el que Matas compareció de manera voluntaria ante el juez Castro, se rechaza la idea de la Fiscalía y de la acusación particular, que sostienen que el proyecto de Calatrava tenía la "única y exclusiva finalidad de favorecer los intereses propios de Matas, como candidato a la Presidencia del Govern y los del partido al que representa, a modo de golpe de efecto durante la campaña".
Así, Matas remarca que, "desde luego, este procedimiento nada tiene que ver de montaje", al tiempo que subraya que en el "hipotético" caso en el que se hubieran producido irregularidades en el expediente de contratación del Palacio de la Ópera, éstas "a parte de ser completamente ajenas" a él, tendrían un carácter "puramente administrativo y serían sólo contemplables en el ámbito de otra jurisdicción, distinta a la Penal".
Por tanto, el ex presidente del Ejecutivo balear manifiesta que es a los electores a quien corresponde "censurar las decisiones políticas adoptadas por los gobernantes si las consideraran desacertadas, y en modo alguno, a la Justicia Penal".
"Nada tiene de paripé"
"Se constata que nos hallamos ante un proyecto serio y riguroso, que nada tiene de paripé y al que no se hubiese prestado Calatrava", recalca Matas, quien reconoce que "no puede negarse que, en general, las obras y proyectos que todo Gobierno lleva adelante en cumplimiento de la misión que le corresponde tienen siempre un rédito electoral".
Además, considera que no se puede defender que al acercarse la finalización de todo periodo legislativo, el Govern deba abstenerse de proyectar o promover obras de interés general "ante el riesgo de que las mismas sean calificadas como electoralistas".
Por otra parte, el ex presidente asevera que "no atenta contra la lógica y la experiencia humana que Calatrava, como así sucedió en este caso, acometiera el arduo trabajo de concepción y realización del anteproyecto del Palacio de la Ópera sin que previamente estuviera firmado el correspondiente contrato entre él y el Govern".
La defensa del ex presidente apunta que tampoco representan ningún indicio incriminatorio los gastos de su viaje a Roma en marzo de 2006, incluido el vehículo alquilado, ni el precio de los pasajes de Matas y su escolta personal, máxime cuando el propio ex jefe del Ejecutivo reconoció el "éxito total" del viaje al haber conseguido lo que se deseaba: la asunción y aceptación de la idea por parte de Calatrava".
"Tampoco puede merecer censura alguna la morigerada factura del restaurante en el que Matas tomó, para comer, un solo plato, un agua mineral y una camomila", añade, al tiempo que remarca que tampoco hay ningún indicio de delito en los gastos "ciertamente infructuosos" que se realizaron con motivo de la preparación del evento de presentación al públicio de Calatrava, porque la suspensión fue debida "claramente a un caso de fuerza mayor".
El letrado del ex presidente señala que tampoco resulta "aceptable" la afirmación "adversa" de que el proyecto tuvo por finalidad beneficiar con fondos públicos de manera arbitraria a Calatrava, porque la "personalidad y el prestigio universal del afamado arquitecto hacen impensable que él hubiese consentido tamaño despropósito".
Por otra parte, estima que "no es admisible que pueda sostenerse que la idea de Matas y el anteproyecto de Calatrava son irrealizables, que adolecen de práctica imposibilidad material de ser llevados a cabo y que, además, carecen de interés público". Así, asegura que es todo lo contrario a lo que sostienen la Fiscalía y la acusación particular, puesto que se trata de una idea y de un proyecto de "gran interés público, perfectamente realizable en un futuro y que transformará decisivamente la imagen de Palma a nivel mundial".
Asimismo, la defensa de Matas destaca que la elección de Calatrava para el anteproyecto del Palacio de la Ópera con el que se pretendía convertir una zona degradada en una de "alto standing", obedeció a haber llegado a la "absoluta convicción" de que él era, a nivel mundial y por su calidad de arquitecto, ingeniero y escultor de prestigio internacional, la "única persona que podía llevar a cabo con éxito la materialización de la idea con la que se pretendía reconvertir el muelle viejo de Palma".
"Decisión política"
En este sentido, subraya que la decisión de Matas de "adquirir un Calatrava" fue "plenamente asumida y compartida" por el Consell de Govern, por lo que fue una "decisión política, plenamente legítima, contra la que nada se puede objetar". De este modo, ha aseverado que esta decisión, "excluía la convocatoria de un concurso entre arquitectos, puesto que si lo que se había decidido era adquirir un Calatrava, sólo podía acudirse a una persona, que era Santiago Calatrava".
Al efecto, explica que en el acuerdo del Consell de Govern, al describirse las características que debía reunir la obra que se deseaba proyectar, "se cuidó deliberadamente de expresar las circunstancias que caracterizan notoriamente las obras delreferido arquitecto-ingeniero, expresándose al efectoque debía ser un referente y centro de atracción cultural por sí mismo preferentemente proyectado sobre la base del uso de las más modernas técnicas y tendencias constructivas".
"Con ello, se estaba claramente señalando, aunque sin nombrarlo, por razones de prudencia política, a don Santiago Calatrava", manifiesta la defensa de Matas, que recalca que la ejecución de la citada decisión política, que "tenía su amparo legal enelartículo 210 b de la Ley de Contratos de la Administración Pública, Real Decreto Legislativo 2/200, de 16 de junio, fue encomendada al ex conseller de Educación y Cultura, Francesc Fiol, para que, a través del IBISEC llevase a cabola tramitación, conforme a Derecho, del correspondiente expediente de contratación administrativa.
El letrado recuerda que así se hizo "sin intervención alguna de Matas, hasta que al final, se produjo el pago del precio estipulado en el referido contrato, que ascendía a 1,2 millones de euros.
Sin embargo, Matas recuerda que la presentación pública de estas maquetas, que estaba prevista y programada para el día 2 de mayo del 2007, no pudo llevarse a cabo, pese a los preparativos que a tal fin se habían ya realizado, "por cuanto la Junta Electoral Provincial lo prohibió, dada la proximidad de la campaña electoral".
Finalmente, critica que el actual Govern, "arrinconó" el referido anteproyecto, "al igual que las maquetas de Calatrava que fueron almacenadas en un sótano, impidiendo así que, tras haber finalizado el periodo electoral, los ciudadanos pudiesen contemplar el magnífico y espectacular trabajo del arquitecto que había sido costeado con dinero público, y que se abriese el debate social que un proyecto de tanta envergadura y trascendencia para Mallorca requería".
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