Barceló destaca que apenas han llegado quejas contra la ecotasa este verano.

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Gabriel Barceló Milta (Palma, 1967), vicepresident del Govern y conseller d'Innovació, Recerca i Turisme, quiere cambiar Balears. Prepara una modificación de la Ley del Turismo y es consciente que abordar el futuro del alquiler vacacional es fundamental para las Islas.

¿Los hoteleros ya han asumido el impuesto turístico?
Está claro que la Federación Hotelera no lo ha asumido porque ha puesto un recurso en los tribunales. El impuesto ha funcionado con total normalidad, prácticamente no han llegado quejas. Existió un debate previo muy importante en el que todo el mundo hizo sus aportaciones.

¿Cambiarán los módulos para que paguen más?
Los módulos, en el primer año de aplicación del impuesto, eran explicativos. Es normal que alguna cosa se haya que ajustar. En todos los impuestos que van por módulos hay que hacer puntuales ajustes. No tiene mayor importancia.

¿Es necesario?
Se producirá el ajuste porque es necesario para que se adapte mejor a la realidad.

Las pintadas del turismo, ¿a qué creen que se deben?
Consideramos que era un hecho aislado. Lo interpreto como un sentimiento que puede existir de gente que está cansada o saturada de lo que representa el turismo.

¿Es el síntoma de una enfermedad preocupante?
No es la manera de expresarse. Es evidente que hay un colectivo que ha puesto su mirada más crítica en el turismo.

¿Sin límites no hay futuro?
Los límites existen. Balears es un territorio frágil y limitado. Es evidente que no podemos crecer de una forma descontrolada. Más número de turistas no implica mayor bienestar.

¿Podría estar de acuerdo con la afirmación de que sin límites no hay futuro?
Sí. Claro que sí, estoy de acuerdo. Sin límites no hay futuro.

¿Cree usted que hay que limitar la entrada de turistas? ¿O las plazas turísticas?
No se puede limitar la entrada de turistas. Sí podemos analizar si las plazas han de tener un techo, que lo tienen, aunque plagado de excepciones. Y ahí estamos trabajando. En todo caso, hay que considerar que la puerta de entrada a Balears, puertos y aeropuertos, no los controlamos desde el Govern. Hay una normativa europea que regula el número máximo de vuelos por hora, y una aplicación que depende de un organismo que está centralizado y semiprivatizado.

Quedan 60.000 plazas hoteleras para llegar al techo ahora fijado, unas 43.000 en Mallorca. ¿Hay que reducirlas?¿Aumentarlas? ¿Juntarlas con las de alquiler vacacional?
La bolsa de plazas se crea en 2009. Todas las plazas que se dan de baja van a esta bolsa. Y creo que es un buen sistema, aunque con demasiadas excepciones.

¿Las excepciones que se acabarán con la modificación de la Ley del Turismo que esta preparando el Govern?
Sí. El problema es que el alquiler en viviendas particulares no tiene ningún tipo de limitación. Que tú puedas alquilar tu casa no tiene límites hoy en día.

¿Y los ha de tener?
No depende de nosotros, pero creo que con la legislación estatal y europea es imposible que haya limitaciones al alquiler. Otra cosa es el alquiler turístico, que es aquí donde estamos ahora. Es el gran reto.

¿Habrá un límite de plazas?
Debe haber un límite. El total de plazas turísticas que ofrezcamos, independientemente de si son hoteleras, de viviendas, de agroturismos... ha de tener un techo. Ahora está en debate. No hay nada definitivo.

¿De cuántas plazas hablamos?
No quiero dar un número.


¿Permitirán el alquiler en viviendas plurifamiliares?
Entiendo que con condicionantes de legalidad, turísticos, territoriales, urbanísticos y de número total de plazas, debe permitirse. No todo lo que se alquila hoy en día podría ser turístico. Hay que pensar que las competencias territoriales y urbanísticas están en manos de los respectivos consells y ayuntamientos.

¿Qué decisión quedará en manos de los consells?
Ellos tienen las competencias de ordenación territorial y, por tanto, son lo que pueden marcar, por ejemplo, los crecimientos. Pueden decidir cómo distribuir el techo de plazas. Los consells pueden incidir mediante el plan territorial o con el Plan de Intervención en Ámbitos Turísticos (PIAT). Los ayuntamientos, evidentemente, también pueden decidir sobre la planificación urbanística. Un ejemplo claro es la ley turística, que nunca ha dicho dónde se pueden construir hoteles. Por tanto, la normativa sobre el alquiler turístico dejará que, como no puede ser de otra manera, consells y ayuntamientos puedan ejercer sus competencias. Es evidente que pueden surgir conflictos entre los usos residenciales y turísticos. Son los ayuntamientos los que deberán decidir. Puedo poner condicionantes legales, turísticos... pero no territoriales o urbanísticos.

¿De qué manera se modificará la Ley Turística?
La idea es suprimir las excepciones, pero aún no está aprobada. Durante años se han incentivado determinados tipos de hotel.


¿Cómo evitarán las ilegalidades?
Es fundamental, además de reformar la ley, reforzar el servicio de inspección y tramitación de sanciones, no solo de turismo, sino también de Medio Ambiente o de Hacienda. La previsión para 2017 es reforzar la inspección. De nada sirve hacer reformas legales si luego no podemos aplicarlas.

¿Hay que desestacionalizar el turismo o tenemos que cambiar de objetivo?
Toda la vida hemos escuchado decir que era prioritario desestacionalizar, alargar la temporada, y ahora que lo estamos consiguiendo hemos de continuar por este camino. También es cierto que se está consiguiendo en Mallorca, pero en Menorca, Eivissa y Formentera cuesta mucho más. Mallorca tiene más producto. La conectividad ha mejorado ostensiblemente. De hecho, todos nuestros esfuerzos de promoción están destinados a la temporada baja, a aquellos productos que pueden ofrecer un valor añadido, pero no al sol y playa.

¿Hay que decrecer en número de turistas?
La situación ideal, a medio y largo plazo, sería que la economía española estuviera más compensada, que el peso de la industria, innovación... creciera sobre el total. Decrecer turísticamente sin tener las bases para crecer en otros sectores me parece arriesgado y temerario.


¿Qué le pareció la performance del GOB delante de Turisme?
Les dije que estaban en su derecho, pero que lamentaba que no la hubieran hecho con Carlos Delgado, después de la ley destructora del territorio que impulsó. Y que nosotros nos la cargamos en febrero con un decreto ley.

¿Ha vivido la sensación de masificación?
Es cierto que ha habido más gente que nunca.


Respecto a los cruceros, ¿debe limitarse su número?
Hemos hablado con la Autoritat Portuària para que se planifiquen mejor las llegadas. Ahora bien, la planificación para 2017 ya está hecha. Queremos que no puedan coincidir en Palma tantos cruceristas al mismo tiempo. Palma ha intentado una mejor distribución de los pasajeros, que se concentran en determinadas calles a determinadas horas. La saturación se produce solo en zonas muy concretas.

¿Hay que limitar el número de coches de alquiler?
No se puede legalmente. Se podría aplicar una fiscalidad progresiva en función del número de vehículos de la flota. Entraremos en este tema con la modificación de la ley turística. Hacemos un llamamiento al sector para que paguen sus impuestos aquí.

¿Se ha de modificar la normativa del todo incluido?
Entiendo que deben mejorarse los requisitos para que sea de calidad. En todo caso, es una oferta estancada. Hoy por hoy no es un problema.