Cada dos días, Vanesa vuelve a empezar. Esta navarra de 43 años sufre un tipo de amnesia que no le permite retener información más de 48 horas. El 31 de mayo de 2023, además de afectar a su capacidad para guardar nuevas vivencias, un ictus borró todos sus recuerdos y la hizo quedarse estancada en 2010. Desde ese momento todo está en blanco, lo que le ha provocado consecuencias tan graves como no ser capaz de recordar a sus seres queridos.
La mayor problemática del caso de Vanesa es la imposibilidad de recordar lo sucedido más allá de las últimas 48 horas. Su mente se resetea y tiene que volver a empezar de cero. "No consigo retener más de unas 24 o 48 horas", cuenta. Pasado ese tiempo, redescubre toda su vida, para después olvidarla de nuevo.
Esas pérdidas de memoria son muy graves. Esta mujer no es capaz de recordar su propio nombre ni quienes son las personas que la rodean. El cerebro de Vanesa hace borrón y cuenta, obligándola a vivir día a día, sin poder pensar en el pasado ni en el futuro.
Una oclusión en una de las venas de su cerebro es lo que ha privado a Vanesa de 14 años de recuerdos. El doctor Carlos Tejero, jefe del Servicio de Neurología del Hospital Clínico Universitario de Zaragoza, explica a 20minutos que "el ictus es una enfermedad provocada porque los vasos sanguíneos que llevan sangre al cerebro tienen problemas". "Y dependiendo de qué arteria se haya visto dañada, se pueden producir unos síntomas u otros", añade.
El neurólogo destaca que las secuelas de esta paciente son poco comunes, ya que normalmente la pérdida de memoria suele ir acompañada de síntomas más graves. "Que el paciente se recupere de todas las funciones y persista una amnesia es algo que puede suceder, pero sucede con poca frecuencia. Cuando las consecuencias son devastadoras, se producen otros síntomas no tan relevantes como la amnesia y entonces esta pasa desapercibida", comenta.
Las pérdidas de memorias constantes que sufre Vanesa se deben a las estructuras afectadas durante el accidente isquémico. El doctor Luis López Mesonero, jefe del Servicio de Neurología del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca, coincide en que se trata de algo "muy esporádico y puntual". "Sufrió lo que llamamos un ictus estratégico. El infarto tiene lugar en una zona muy concreta del cerebro que se encarga de que puedas fijar tus recuerdos. Lo habitual es que quienes lo sufren tengan lagunas de algo que haya pasado o que no sean capaces de fijar nuevos recuerdos que le van a suceder a partir de ahora en su vida", narra.
En el caso de esta mujer, a la amnesia se le suma una rara alteración genética, la macrotrombocitopenia. Esta enfermedad afecta a la morfología y a la cantidad de plaquetas que hay en su organismo, lo que provoca trombopatías graves que pueden afectar a la coagulación de la sangre y, por lo tanto, aumentar el riesgo de sufrir otro ictus. El neurólogo salmantino aclara que "los ictus están muy vinculados a los factores de riesgo clásicos, como la hipertensión, la diabetes, el colesterol, el tabaco o el alcohol, pero existen causas infrecuentes entre las que podrían estar estos problemas de coagulación". "Todas esas enfermedades te pueden provocar una mayor predisposición", continúa.
Respecto a los factores de riesgo, el doctor López destaca que dependen de la edad. El especialista asegura que los expertos dividen a los enfermos en "pacientes mayores, considerados a partir de los 65 años, entre los que hay más prevalencia, y pacientes jóvenes". Estos últimos tienen causas más infrecuentes, como es el caso de Vanesa.
Por culpa de la amnesia, esta madre se ha olvidado de gran parte de la adolescencia de su hijo, que actualmente tiene 22 años. Describe cómo "esperaba ver a un niño de 1,50 metros" y se encontró con un adulto de 1,90. La confusión también la tiene con su marido, Miguel Ángel. "No sabía quién era esa persona que venía a atenderme y que me daba la mano. Lo rechazaba. Ponía un almohadón entremedio para que no nos tocáramos", subraya.
El apoyo de las familias
Ante estos casos tan duros, precisamente el papel de las familiares para los enfermos es fundamental, pero ellos también pasan por momentos muy complicados. Miguel Ángel califica la situación como muy dura: "Ella me pregunta todos los días '¿Cómo es esto? ¿Dónde hemos estado? ¿Con quién hemos ido?". En este sentido, el doctor Tejero habla de la importancia de atender también a esos familiares: "Proporcionamos una información que pueda servir para entender que no es un problema que el paciente elija. Que no sufran dándole vueltas a por qué no se acuerda. Intentamos educar a la familia para que tengan paciencia".
Los sanitarios se encargan por tanto de formar a los familiares para que el cambio de una vida "normal" a otra con amnesia sea más sencillo. El doctor López relata que "cuando hay secuelas cambia drásticamente la vida del paciente y la de su entorno". "Tan importante es la secuela que pueda quedar como el manejo de las cosas. A la familia muchas veces le decimos que no se agobie, que intente ayudarle, pero sin insistir mucho. Siempre buscamos un tratamiento muy individualizado en función de cada persona y la adaptación que tiene a sus secuelas", expone.
Por culpa de la amnesia, Vanesa ha tenido que cambiar su vida por completo. Se ha mudado de Barcelona a Ciudad Rodrigo, en la provincia de Salamanca, para poder estar más cerca de los suyos. Durante este tiempo, subraya la importante labor de su marido, no solo recordándole lo que la ha pasado, sino también acompañándola emocionalmente. "Miguel Ángel me ha demostrado que el amor existe, aunque yo no tenga recuerdos, él sigue a mi lado y cada dos días, vuelta a empezar", resalta.
Para el doctor Tejero, este tipo de amnesia "produce graves problemas para desarrollar una vida normal", aunque a ella esto no la ha llevado a rendirse y está convencida de que la vencerá. Para ello, escribe todo lo que le sucede en una libreta: "Tengo un resumen de lo que me pasó, de lo que me ha contado mi familia". Según el doctor del Hospital de Zaragoza, estas actividades en las que "se fomenta al paciente a volver a poner en marcha la parte del cerebro que en ese momento no funciona" son imprescindibles para tratar de volver a una vida normal.
El proceso de recuperación y sus buenos resultados vuelven a depender en gran parte de la edad del paciente y "los jóvenes tienen mucha capacidad de mejorar sus posibilidades". El doctor López explica que el punto clave para saber si los síntomas van a ser permanentes es a los tres meses. "Si a los tres meses después de hacer rehabilitación no vemos una mejoría, es poco probable que vayamos a verla. Hay síntomas que son más fáciles de recuperar y otros más difíciles. Es muy variable", aclara.
Para tratar de vencer a este pronóstico, día a día, Vanesa y Miguel Ángel tratan de reconstruir una vida de recuerdos, aunque saben que en 48 horas tendrán que volver a empezar de cero. Gracias al apoyo que recibe de sus seres queridos, Vanesa está decidida a salir adelante y superar la amnesia: "Ellos sí que saben quién soy yo y me quedo con eso".
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