Miles de espectadores del cielo de toda norteamérica contemplaron un sol oscurecido en el crepúsculo del mediodía del lunes, celebrando con gritos, música y matrimonio el primer eclipse total de sol que oscurece el continente en siete años. Desde un balneario mexicano cercano al lugar donde el eclipse tocó tierra hasta las orillas del río Ohio y más al norte, pasando por las rugientes cascadas del Niágara, en la frontera entre Estados Unidos y Canadá, multitudes reaccionaron con fascinación a la «ruta de la totalidad».
En Russellville, Arkansas, un pueblo de unos 30.000 habitantes cercano a la única central nuclear del estado, casi 400 parejas se casaron a la sombra de la luna en un evento nupcial multitudinario apodado «Elope and the Eclipse». El tiempo sombrío atenuó la experiencia hasta que las nubes se separaron momentáneamente para revelar los últimos 30 segundos de totalidad, y la multitud enloqueció, aplaudiendo y gritando: «Es tan hermoso».
Al otro lado del río, en las cataratas del Niágara, 309 personas -algunas procedentes de lugares tan lejanos como Singapur y Londres- acudieron disfrazadas de sol, estableciendo un nuevo récord mundial para el mayor grupo que se disfraza de sol en un mismo lugar, según los organizadores del concurso. En los lugares con cielos despejados, los observadores en la trayectoria directa del eclipse disfrutaron del raro espectáculo de la luna apareciendo como un orbe oscuro que se desliza por delante del sol, bloqueando brevemente todo excepto un halo brillante de luz, o corona, alrededor del borde exterior del sol.
El balneario mexicano de Mazatlán fue el primer gran punto de observación de la «ruta de la totalidad» en Norteamérica. Miles de personas se congregaron en el paseo marítimo y se instalaron en tumbonas con gafas de protección solar mientras una orquesta tocaba el tema de la película «La guerra de las galaxias». La multitud prorrumpió en vítores y aplausos y el eclipse alcanzó la totalidad. Lourdes Corro, de 43 años, viajó 10 horas en auto para llegar a Mazatlán. «La última vez que vi uno fue cuando tenía nueve años», sostuvo. «Hay algunas nubes pero todavía podemos ver el Sol». En el campamento de Frontier Town en North Hudson, Nueva York, los niños corrían vistiendo camisetas de eclipses, mientras los padres colocaban mesas, sillas y coolers con cervezas. Alrededor de 32 millones de personas en Estados Unidos viven dentro de la trayectoria de la totalidad y las autoridades federales calcularon que otros 5 millones de personas viajaron para estar allí. Con hasta 4 minutos y 28 segundos, el eclipse total del lunes que recorrió una gran franja de norteamérica, superó la duración del evento de 2017, de más de 2 minutos y 42 segundos.
Según la NASA, las totalidades de los eclipses solares pueden oscilar entre 10 segundos y unos 7 minutos y medio. El periodo de totalidad estuvo precedido por otros inquietantes efectos del eclipse. Algunas estrellas titilaron al mediodía, mientras el crepúsculo descendía bruscamente, con lo que las temperaturas bajaron y tenues ondas de «bandas de sombra» parpadearon sobre el paisaje. Desde el momento en que la Luna empezó a cubrir el Sol hasta el momento de la totalidad pasaron unos 80 minutos, y luego otros 80 minutos para completar el proceso a la inversa.
1 comentario
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... es algo en lo que hemos cambiado a mejor... en cómo vemos los eclipses... ahora es un evento lúdico, nos ponemos gafas y hacemos fotos con la familia, risueños, nos divertimos, es un motivo de interactuar con la comunidad, fiesta, cerveza, picnics, desplazamientos y buen rollo como con un evento deportivo o una premier cinematográfica... antes, cuando reinaban las supersticiones religiosas, todo eran malos rollos, maleficios, pésimos augurios, congojas, autos de fe, sacrificios humanos, devoción exacerbada fanática, dedos acusadores, excusas para delaciones, imploraciones al altísimo, autoflagelaciones, depresiones y suicidios milenaristas... cosas de la religión... afortunadamente, ese componente tóxico de la historia de la Humanidad ya lo estamos dejando atrás, y podemos disfrutar de los eclipses sin toda esa morralla que se nos había cargado a la chepa culpa de la religión... los tiempos cambian... vamos progresando...