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En las tranquilas calles del pueblo español conocido como Tapia de Casariego, ubicado en Asturias, hay un debate que ha capturado la atención de toda la región: ¿es posible que esta pintoresca localidad costera albergue la mayor reserva de oro de Europa?

La respuesta parece estar a punto de desvelarse y con ella vienen dos posibles panoramas: o una nueva vertiente de prosperidad, o un escenario de polémica y controversia medioambiental.

Por qué sería la mayor reserva de oro

La razón es una sola: la idea de que 300.000 kilos de oro yacen bajo los pies de los habitantes de Tapia de Casariego, una versión que ha alimentado conversaciones durante años pero que ahora España la contempla seriamente para explorar y autorizar excavaciones en el lugar.

De ser cierto, esta podría ser la mina de oro más grande de Europa y, por tanto, su mayor reserva de este mineral. Lo cual, sin lugar a duda, supone un potencial económico sin precedentes para esta región, situada en las costas del mar Cantábrico, y de España en general.

No obstante, la polémica ya ha surgido porque pone de presente una habitual disyuntiva: ¿potencial económico a costa de qué? Diversos gremios se oponen al proyecto de explotación y argumentan el impacto negativo medioambiental que puede ocasionar.

La polémica por el proyecto de explotación

Desde hace muchos años se han presentado varios intentos para explotar el oro de la mina de Salave, que es como se llama la mina ubicada en Tapia de Casariego, y ningún proyecto ha prosperado.

Sin embargo, la empresa Exploraciones Mineras del Cantábrico (EMC) presentó una solicitud para explotar el yacimiento, asegurando que el impacto ambiental sería mínimo, aunque hacen referencia a la posibilidad de tener meses iniciales complicados.

El objetivo del proyecto es extraer un millón de onzas de oro, unos 31.000 kilos. No obstante, este ya recibió 1.297 alegaciones, las cuales deben ser estudiadas para su respuesta o, en su caso, incorporadas al proyecto, según lo cuenta el periódico La voz de Asturias.

La polémica tiene un poco dividida a la población. Por un lado está la plataforma «Oro No», que incluye a ganaderos, hosteleros y pesqueros, la cual argumenta que los habitantes del sector viven de la ganadería, la pesca y el turismo, y que este sustento se vería amenazado por el impacto medioambiental del proyecto, además de que la mina afectaría su calidad de vida.

Y por otro lado está el colectivo Idoa, que está a favor del proyecto de explotación de la mina de oro en Tapia de Casariego, bajo el argumento que generaría una reindustrialización de la zona y un buen número de puestos de trabajo.

En medio de la incertidumbre, una verdad permanece: el destino de Tapia de Casariego está entrelazado al brillo del oro que parece haber enterrado en sus tierras. ¿Será esta comunidad el escenario de una nueva fiebre del oro europea?

La respuesta aún está por descubrir, mientras tanto, al pueblo de Tapia de Casariego, en Asturias, bien podría llamársele «El dorado», la mítica tierra de oro que ofrecía tantas ilusiones. Aunque, en este caso, del mito al hecho puede haber poco, también podríamos estar frente a la mayor reserva de oro en Europa.