Después de habitar durante siglos en el continente americano, la civilización maya desapareció por la conquista de los españoles, que ocuparon las tierras para hacer plantaciones. Sin embargo, una parte de los mayas consiguieron huir de la colonización y partir hacia el campo en busca de una vida mejor.
Es de este modo como se fundaron las nuevas culturas de los mayas, como los lacandones, cuyos descendientes siguen viviendo en la zona del lago Mensabak, en Chiapas, un estado del sur de México, tal y como explican desde Investigación y Ciencia.
Los mayas lacandones actuales, conocidos como Hach Winik (verdaderos hombres, en maya yucateco), tienen algunos elementos muy distintivos respecto a sus antepasados, aunque siguen manteniendo algunos de los elementos de la cultura maya clásica.
Así lo indican las investigaciones de los arqueólogos Joel Palka y Fabiola Sánchez Balderas, que han tratado de averiguar todo lo relativo a la forma de vida y cultura de esta tribu para intentar averiguar cómo se adaptaron sus antepasados y cómo es la vida actual de todos los que superaron el colonialismo para seguir con las tradiciones, costumbres y creencias.
En primer lugar, el mencionado artículo destaca la importancia de algunos lugares espiritualmente sagrados para los mayas que habitan en la zona del lago Mensabak, como un risco de roca caliza que sería tanto el hogar del dios de la agricultura y la lluvia como el lugar donde descansan los restos de los lacandones cuando mueren.
Un santuario de huesos o las vasijas de arcilla adornadas con las caras de los dioses que el pueblo maya utilizó para realizar ofrendas a sus dioses muestra la continuidad cultural entre los lacandones y los antiguos mayas.
Igualmente, los investigadores encontraron en la zona algunas pruebas de que la religión era el pilar fundamental para la cultura de los lacandones. Un ejemplo son las pinturas rupestres de dioses y de animales espiritualmente significativos para sus creencias.
Otro de los datos muy curiosos tiene que ver con el cerro del Mirador. Este representa para los lacandones un puente entre el inframundo (representado por el lago), el mundo de los vivos (representado por la tierra) y los cielos (representado por el cielo). Este sería el hogar del dios Chak Aktun.
En cuanto a las pirámides-templo, uno de los símbolos más reconocibles de lac cultura maya antigua, hay que saber que en el cerro del Mirador también se construyó un enorme templo y, por los restos de terrazas, los investigadores han deducido una posible ruta de peregrinaje que subía por la montaña hasta esta edificación para hacer ofrendas a Chak Aktun y tener buena salud y cosechas abundantes.
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