Vista de la Biblioteca Nacional en Madrid. | Agencias

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Marino Massimo de Caro, un conocido ladrón de mapas y libros antiguos italiano que ha cumplido varios años de condena por sus delitos, asegura que vendió el ejemplar de Galileo robado en la Biblioteca Nacional pero que no está implicado en su robo.

Sus declaraciones, publicadas por el diario El País, aparecen un día antes de que el patronato de la Biblioteca Nacional se reúna para abordar las medidas de seguridad de sus instalaciones.

El ladrón afirma que vendió el ejemplar por 500.000 euros en una liberaría parisina, aunque asegura que a él se lo había vendido «una importante familia argentina» y que no estuvo implicado en su robo.

Según su versión, también habría utilizado ese original para hacer varias copias, dos de ellas se vendieron como originales en Sotheby's en 2005 y en la librería Martayan de Nueva York.

De Caro fue responsable del robo de la Biblioteca Gianlormini de Nápoles, de la que fue director, y de otras bibliotecas del mundo como cabecilla de una banda criminal. Fue condenado a 7 años de cárcel.

El profesor británico Nick Wilding alertó a la Biblioteca Nacional de que el ejemplar que tenían en sus archivos era realmente una copia y estaba hecha por el italiano, cosa que él niega.

El italiano asegura conocer a César Ovilio Gómez, el uruguayo que robó los mapas de Ptolomeo y que se sospecha podría estar implicado en este robo.

De Caro sugiere que en el robo podría estar implicado algún trabajador de la Biblioteca Nacional.

«Si fue César Ovilio Gómez quien lo robó, tuvo que contar con la ayuda de alguien de dentro de la biblioteca. Si lo consultó una sola vez, ¿cómo sabía el tamaño exacto del cuerpo que tenía que cambiar? Para cortarlo, coserlo y pegarlo con cola se necesitan entre 30 y 45 minutos. Además, que nadie se dé cuenta y que al devolverlo tampoco se note es muy raro. Alguien de dentro ganó plata, seguro».