Russ Kellett, de 57 años, explicó a Daily Star que en 1999 fue abducido por aliens mientras volvía de casa de un amigo.

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Intenta recordar la ocasión en la que conociste a un famoso, un artista o celebrity que admiras mucho. Pues seguro que no fue tan sorprendente como la de Russ Kellett, un exempresario británico que asegura que conoció a Robbie Williams en una nave extraterrestre.

Este investigador de ovnis de 57 años explicó a Daily Star que, en 1999 fue abducido por aliens mientras volvía de casa de un amigo en moto. Según su testimonio, fue transportado una especie de «unidad militar».

«Estaba en mi moto, pasé por un túnel y lo siguiente que recuerdo fue que estaba en una silla, me metieron algo en la garganta y me inyectaron algo en la nuca», contó. «Todos éramos soldados y estábamos en una batalla. Estas criaturas que nos sostenían medían 3 metros de altura, eran calvos y llevaban uniforme. No eran humanos».

Lo llevaron a otra habitación donde le dieron un uniforme y armas, por lo que parecía que estaba preparándose para una misión. «Miré a mi alrededor y vi a alguien detrás de mí. Lo reconocí. Le dije: '¿No te conozco de algún sitio?'», relató Russ Kellet. Él le contestó «No lo sé» y, entonces, un extraterrestre le gritó: «¡Vuelve a la fila!».

«No lo volví a ver después de eso, pero estoy seguro de que era Robbie Williams. Solo hablamos brevemente, pero definitivamente era él», añadió el investigador de ovnis.

Curiosamente, años después de este supuesto suceso, el cantante de Take That reveló su fanatismo por la vida extraterrestre, hizo un documental para BBC Radio 4 sobre el tema e incluso aseguró que un alien lo había visitado en su estudio de grabación de Arizona (Estados Unidos).

Russ Kellet lanzará en 2021 un libro sobre sus experiencias extraterrestres, con todas sus historias que su círculo más cercano no cree pero que él sostiene que no tiene motivos para mentir. Aun así, con quien no contará seguro será con el testimonio de Robbie Williams, quien fue contactado con Daily Star y solo respondió con un enigmático «Sin comentarios».