La investigación, que ha sido dirigida por La Universidad de Otago (Nueva Zelanda) y ha durado un año, ha tratado de catalogar todos los posibles signos de vida en el lago a través del análisis del ADN de varias muestras de agua a distinta profundidad, entre las que se han hallado pruebas de la existencia de anguilas europeas.
En una rueda de prensa celebrada en Drumnadrochit, una localidad del norte de Escocia cercana al lago, los científicos han afirmado que descartan la presencia de grandes animales.
Indicaron que no encontraron pruebas de la existencia de un reptil marino prehistórico llamado plesiosaurio o de un pez grande como un esturión, como sostenían algunas teorías.
El profesor Neil Gemmell, genetista de la Universidad de Otago, señaló que existe «una cantidad muy significativa de ADN de anguila», que, sin embargo, no indica las dimensiones de esta.
«Nuestros datos no revelan su tamaño, pero la gran cantidad de material dice que no podemos descartar la posibilidad de que haya anguilas gigantes en el Lago Ness. Por lo tanto, no podemos descartar la posibilidad de que lo que la gente ve y cree que es el monstruo del lago Ness podría ser una anguila gigante», sostuvo.
A lo largo del año pasado, se recabaron más de 200 muestras de agua de varias profundidades del lago, recolectando así todas las formas de ADN ambiental que se extrajo y secuenció.
El resultado dio lugar a aproximadamente 500 millones de secuencias que se verificaron con las bases de datos existentes, de modo que fuese posible registrar todos los seres vivos que habitan el lago más famoso de Escocia, incluidos plantas, insectos, peces y mamíferos.
Cualquiera que haya oído hablar de Escocia, lo habrá hecho del Lago Ness, ya que no es solo unas de las mayores concentraciones de agua de esta región, enmarcada en un espectacular paraje natural, sino también un símbolo de las leyendas que alberga el lugar.
Desde hace décadas, las historias sobre Nessy, como se conoce al monstruo, han llenado libros, programas de televisión y películas, y han generado una gran industria turística, que cada año atrae a unos 400.000 visitantes.
La historia del monstruo se remonta a hace 1.500 años cuando se dice que un misionero irlandés avistó al monstruo y, desde entonces, más de un millar de personas afirman haber visto a una bestia acuática de cuello largo y protuberancias que sobresalen del agua, un enigma que hoy está más cerca de resolverse.
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¿Y que va ha pasar con Nessy después del Brexit...?