Las mascotas no son el obsequio perfecto para Navidad. | Pixabay

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Ya está aquí la Navidad y los más pequeños preparan sus cartas, repletas de deseos e ilusión. Haberse portado bien durante el año -o casi todo- requiere una recompensa y este es el momento en el que todos ellos sacan sus deseos más preciados a la luz, para que Papá Noel o los Reyes Magos cumplan con las peticiones que aparecen en las cartas.

Los gustos son muy variados, pero en muchas de las cartas hay una palabra que se repite y podemos leer constantemente con diferentes términos, pero siempre el mismo significado: «perrito», «cachorro», «mascota», «mejor amigo» e infinidad de formas. ¿Os suenan? Lo cierto es que, a priori parece ser el regalo perfecto, una pequeña bola de pelo que corretea por los rincones de la casa y con la que podemos jugar a todas horas, porque ellos nunca nos van a decir que no.

Sin embargo, frente a la fidelidad del perro, se encuentra el ser humano. España es el país europeo con el índice más elevado de abandonos de animales; más de 137.000 perros son abandonados cada año. A través de un estudio de abandono y adopción llevado a cabo por Affinity, se pueden comprobar una serie de datos que nos permiten tomar más conciencia del abandono y la adopción: el 89% de las mascotas abandonadas llegan a las protectoras y perreras recogidos en la calle o encontrados por los trabajadores.

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Es importante tomar conciencia de que una mascota no es un juguete, ni un regalo; es un animal que siente y padece, al que hay que dar de comer, limpiarlo, cuidarlo, educarlo, pasearlo, darle asistencia veterinaria,... y muchas otras cosas que hacen que se convierta en un miembro más de la familia. A la hora de tener una mascota hay que asegurarse de si la persona que la quiere está dispuesta realmente a cuidarlo; y si se trata de un niño, también debemos ser conscientes de que su interés puede decrecer una vez agotado el factor novedoso, por lo que los cuidados recaerán sobre los adultos.

En cualquier caso, la decisión de tener una mascota debe de estar consensuada por toda la familia y asumir la responsabilidad en el cuidado del animal. Puede que la Navidad no sea el momento más adecuado para incorporar una mascota a la familia, ya que tras las vacaciones, vuelve la rutina y el tiempo escasea, es el momento donde el índice de abandonos asciende considerablemente. El abandono no debe de ser una opción, hay muchas alternativas.

Una mascota no es un juego; se trata de un animal que dará todo su amor sin esperar nada a cambio. Tener un animal en casa no es obligatorio, pero cuidarlo y quererlo sí debería serlo. Por eso, seamos consecuentes y conscientes de nuestras decisiones, no tratemos a los animales como regalos. Y si realmente estamos dispuestos a tenerlos, entregémosles, del mismo modo que ellos lo hacen, todo nuestro amor.