Con un volumen de ventas anuales de 170.000 guitarras en más de 80 países, Gibson realizó este martes formalmente este reclamo en el tribunal de bancarrotas del Distrito de Delaware para protegerse de sus acreedores que, según propone en su plan de recuperación, en parte podrían pasar a convertirse en accionistas.
La entidad realizó la petición de bancarrota argumentando que ya goza del apoyo de muchos de sus acreedores y prestamistas para acometer el plan que permitiría, según la empresa, su supervivencia.
La razón que ha guiado a esta situación económica es el declive en la venta de instrumentos, así como una estrategia de recortes que no ha logrado contener una caída financiera «devastadora» y que ha generado el nerviosismo entre sus acreedores.
En este sentido, el presidente de Gibson, Henry Juszkiewicz, dijo en un comunicado que la compañía había dado «pasos sustanciales» en los últimos doce meses hacia una «reestructuración operacional».
El plan propuesto este martes fue consensuado con los propietarios del 69 % de la deuda de la empresa en 2018, según el mismo escrito.
El nuevo plan de transición, según la entidad, supondría una inyección de 135 millones de dólares en nuevos créditos para la empresa, fundada a finales del siglo XIX, además de acabar con un departamento de dispositivos de audio personales de los que disponía Gibson tras la compra de parte del negocio de Philips.
La cuantía ofrece «fondos para el negocio de instrumentos musicales y audio profesional y apoya a los principales proveedores y distribuidores de la compañía» y permitiría a Gibson tener «capital financiero utilizable, menos deuda material».
«Dará a la empresa la liquidez que necesita para mantener sus operaciones en el curso ordinario de su reorganización», aseguró en un comunicado Gibson, que también aseguró que la reestructuración dejará el área de desarrollo de dispositivos de audio no profesionales.
También implicaría la salida de Juszkiewicz como su máximo directivo y un mayor control de los acreedores sobre sus operaciones después de que algunos inversores rechazaran entrar en la empresa debido a su presencia, según informó previamente Bloomberg.
Desde 1984, Gibson tiene su sede en Nashville, ciudad con gran tradición musical en la que desarrolló su carrera y falleció el propio Johnny Cash, icono de la música «country».
Entre los músicos que han usado las guitarras Gibson, tanto eléctricas como acústicas, están BB King, Pete Towsend, Eric Clapton, Chuck Berry, Jimmy Page, Duane Allman o Lenny Kravitz.
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