El niño, hijo pequeño del cuarto vástago de la monarca británica, el príncipe Eduardo, conducía, según aseguró un testigo de los hechos al diario Daily Mail, un coche de la marca Land Rover a «considerable velocidad» por las inmediaciones del palacio, situado en el condado de Berkshire, al oeste de Inglaterra.
Según la legislación británica, está prohibido que alguien sin carné de conducir se ponga a manos de un vehículo en la vía pública, aunque la restricción no afecta a recintos privados.
Pero, según medios locales, las aseguradoras no se harían cargo de los daños en caso de producirse un accidente.
El octavo nieto de Isabel II y el duque de Edimburgo se encontraba en el castillo de Windsor -donde el próximo 19 de mayo tendrá lugar la boda de su primo, el príncipe Enrique, con Meghan Markle- disfrutando de las vacaciones de Pascua junto a su padres, los condes de Wessex, y su hermana mayor, Lady Luisa Windsor, de 14 años.
El domingo se celebró la tradicional misa de Pascua en la capilla del castillo, en la que la familia del conde de Wessex estuvo acompañada por los duques de Cambridge, la princesa Ana, con su marido y sus hijos, Peter y Zara Tindall, y el príncipe Andrés, sus hijas, las princesas de York, Beatriz y Eugenia, y el prometido de esta última, Jack Brooksbank.
No acudieron al oficio religioso, sin embargo, el príncipe Enrique y su prometida Meghan Markle.
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