«El sentido de estas exposiciones es acercar un poco estos animales a la gente, para que los conozcan y vean que no deben considerarlos malos. Quiero que comprendan mejor que se trata de animales que tienen su lugar y su papel preciso en la naturaleza», cuenta Vrbanic.
La mamba negra, la pitón real, la serpiente de cascabel, la cobra del Cabo, la cobra escupidora, muchos pitones y boas forman parte de su colección, que reúne ejemplares de todos los continentes.
En total, más de 120 serpientes de unas 50 especies se reparten por la vivienda, en el centro de Zagreb, la mayoría en los terrarios situados en el sótano, pero también algunas en la parte de la vivienda donde Vrbanic reside con su esposa y su hijo.
Además, en la casa viven dos perros, varios gatos, cinco grandes tortugas, una decena de lagartos, dos varanos africanos (una especie de reptil) y un caimán enano. El coleccionista asegura que las serpientes son animales limpios y que sólo atacan cuando se sienten amenazados.
«Tuve mi primera serpiente a los siete años. Siempre me atraían, justo porque todos los demás las odian y les dan asco», relata sobre su afición por estos animales Vrbanic, quien organiza regularmente exposiciones que en los últimos 20 años han sido visitadas por unas 50.000 personas, asegura.
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