Ahora que llega el verano y, sobre todo, con la ola de calor, no es de extrañar que la factura energética en los hogares aumente. Existen varios trucos o, mejor dicho, consejos que se han de tomar casi al pie de la letra para no derrochar energía y, además, ahorrar en la factura. Algunos muy simples como el buen uso y buena elección de los electrodomésticos, como los frigoríficos americanos, no abusar del aire acondicionado o bajar las persianas.
Leyendo estas pinceladas puede sonar a «cada año lo mismo», y sí, es cierto. Cada año también nos recuerdan que nos pongamos crema solar, que bebamos mucha agua, que evitemos hacer deporte al aire libre en las horas de máximo calor y que no nos expongamos mucho tiempo a los rayos ultravioleta. A pesar de las advertencias, son muchas las personas que se siguen quemando en la playa, sobre todos los primeros días, y muchas las que sufren un golpe de calor por no haber seguido al pie de la letra estos consejos (¿a quién se le ocurre salir a correr a las 12 del mediodía?).
Pues igual sucede con el aire acondicionado. ¿Cuántos resfriados hemos cogido en verano? Pensadlo bien. ¿Cómo está vuestra oficina? ¿Lleváis, por casualidad, una chaqueta por si hace frío? Porque casi resulta una paradoja: en verano, en muchos sitios, se pasa frío. Increíble.
De lo que se quejan muchos que pasa en la oficina, tienen toda la responsabilidad de no replicarlo en el hogar. Las temperaturas aconsejadas son siempre las mismas, entre 23 y 25 grados. Además, para evitar que la casa se caliente de más, es aconsejable bajar las persianas en las máximas horas de sol y subirlas y abrir las ventanas ya por la noche para que la casa se refresque.
De hecho, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) ha lanzado estos días pasados la campaña 'Pequeños Gestos' para concienciar a la sociedad en el uso responsable de la energía, sobre todo en el hogar, en la oficina y en todos los espacios públicos de interacción.
Por otro lado, también el uso que se hace de los electrodomésticos es muy importante. El frigorífico que utilizamos mucho en verano, concentra un 6,4% de los gastos de la factura energética en el hogar. Existen modelos ya muy avanzados en eficiencia que consiguen provocar ahorros de hasta el 75% en el consumo de energía.
En este sentido, la palabra final la tenemos también nosotros. Si abrimos la nevera para servirnos el agua y la dejamos abierta mientras estamos haciendo otra cosa, el frigorífico acabará consumiendo energía inútilmente. Es aconsejable que cuando se abra para algo, se aproveche la apertura para sacar todos los alimentos que nos hagan falta. Además, evitar meter platos muy calientes también nos puede ayudar a ahorrar, ya que el equipo tiene que hacer un esfuerzo doble para enfriar.
Y sí, puede ser que cada verano se hagan los mismos recordatorios y las mismas advertencias, pero el planeta es sólo uno y nuestra salud también hay que cuidarla, porque sólo en los vídeojuegos se tienen más vidas.