Los autores del asesinato son tres adolescentes: dos chicos, D. G. P. y J. J. G., de 14 y 15 años respectivamente, y una chica de 17. Esta última fue arrestada el domingo por la noche, tras el siniestro con el vehículo de la educadora, y su vinculación con los hechos podría estar relacionada con la colaboración en la huida. Los otros dos, que fueron localizados a primera hora del lunes en Mérida, ya habían protagonizado un incidente días antes del crimen y tenían un amplio historial delictivo.
Una treintena de delitos y agresiones a su padre
Hacía un mes que los dos niños habían sido trasladado al piso tutelado, situado en la calle Castillo de Benquerencia, por varios delitos cometidos en Mérida. El de 14 años, natural de Don Benito, agredió hasta en cuatro ocasiones a su padre, llegando a romperle la nariz. El otro, el de 15 años, era experto en el hurto de vehículos. En un fin de semana cometió más de una treintena de delitos, según El Mundo.
Ahora, se encontraban cumpliendo medidas judiciales por sus últimos delitos cometidos. Sin embargo, no estaban internados, sino que tenían una relativa libertad. El mayor no era la primera vez que estaba en un piso tutelado. Era frecuente que entrase y saliese de este tipo de viviendas tras cometer un delito. Además, era conocido por agredir y amenazar a varios tutores y profesores. En una ocasión golpeó a un profesor tras ponerle un cero en un examen.
Dos de los menores se fugaron del piso una semana
El pasado 1 de marzo estos dos chicos se fugaron del piso tutelado. Los padres del menor de 14 años pidieron colaboración para dar con su paradero. Había sido visto sobre las 19.00 horas de ese sábado cruzando el puente de la Universidad. La Policía Nacional puso en marcha un dispositivo para encontrarlo. Fue localizado siete días después, el 8 de marzo, en Villafranca de los Barros junto a su compañero de 15 años, también implicado en el asesinato de la educadora.
Los tres autores del homicidio de Belén Cortés Flor residían en la vivienda tutelada junto a otro joven, también menor, que fue el que dio la voz de alarma de lo que estaba ocurriendo la noche del domingo. La víctima ya había denunciado previamente la situación que estaba viviendo en el piso, donde no había seguridad ni cámaras de vigilancia. Desde hace dos semanas, los cinco educadores que trabajan en el centro estaban sufriendo robos, fugas y amenazas de los menores.
Los trabajadores del piso habían abierto «incidencias» a los tres menores, aunque no llegó a tener «el rango de denuncia». Aun así, habían puesto en conocimiento de la justicia lo que estaba ocurrido, «tal y como indica el protocolo de actuación». A la Junta de Extremadura no le consta que existiera una denuncia de la víctima, según la consejera de Salud y Servicios Sociales, Sara García Espada. Lo que sí había eran «denuncias previas a otros usuarios» que en la actualidad no residen en la vivienda.
3 comentarios
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La ley del menor deberia de desaparecer, no sirve de nada. Que les pasara a ellos? Pues nada, seguiran igual, haciendo lo que les da la gana, agrediendo a diestro y siniestro. Total no les pasa nada. Y acoraros de su nombre, cuando sean mayores de edad los veremos en prision y no por este asesinato
Menores ladrones y asesinos, así es como hay que tratarlos.
Yo me pregunto, ¿estos jóvenes serán capaces algún día de aportar algo positivo a nuestra sociedad? ?O serán una lacra permanente? No tendría piedad, cárcel y trabajos forzados durante x años. Así lo pensarán 2 veces antes de volver a cometer un crimen. Y que no me vengan con el rollo de derechos... Diganselo a la familia de la educadora asesinada!!!