Figaredo ha asegurado en una entrevista en RNE recogida por EFE que no hay crisis ni disidencias ni brechas tras la decisión de García-Gallardo de dejar todos sus cargos en el partido y en el parlamento autonómica por «discrepancias» con la dirección de Madrid. Ha insistido en que Vox es y se declara un partido nacional, que no cree en el reparto autonómico del Estado y, por eso, ha precisado, no tiene una estructura autonómica, aunque sí provincial.
En su opinión, «hay gente que en determinadas condiciones de repente 'se cae del guindo'» y entiende que en Vox no son posibles las baronías territoriales. «Si alguien de repente se da cuenta de que él quería ser una especie de barón autonómico, pero de Vox, y de que eso no tiene cabida en Vox, entonces esa persona tiene una opinión diferente de la línea que realmente tiene el partido», ha recalcado.
Ha querido dejar claro así que las estrategias políticas se marcan desde la madrileña sede de Bambú: «El sistema de Vox es que se vota a la presidencia, a la cabeza, y esa cabeza es la que marca la estrategia». «No sucede, como en otros partidos, que hay una dirección nacional, luego hay una dirección autonómica y la dirección autonómica de repente lleva una línea contraria a la dirección nacional, no, si son Vox, no se puede», ha subrayado.
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