Preparativos para la 45ª edición de Fitur, en IFEMA, en Madrid. | Efe - Daniel González

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La edición número 45 de Fitur, una de las ferias más importantes del mundo, comienza este miércoles en Madrid en un clima muy positivo en el turismo, que ha superado la pandemia con creces y marca récords, aunque con debates abiertos como la sostenibilidad del crecimiento, la masificación de determinados destinos o la regulación de los alojamientos turísticos.

Con Brasil como país socio, la feria se celebra entre los días 22 y 26 de enero en los recintos feriales de Ifema, con la presencia de unas 9.500 empresas -500 más que en la última edición- de 156 países y 884 expositores repartidos en nueve pabellones, con un crecimiento global del 10 %.

Los organizadores calculan que visitarán Fitur más de 150.000 profesionales (los tres primeros días de la feria) y más de 100.000 personas cuando se abra al público, el próximo fin de semana.

Este movimiento de profesionales y visitantes tendrá un impacto económico para Madrid de unos 445 millones de euros por el aumento de la demanda en segmentos como la movilidad, los hoteles, los restaurantes, la cultura y el ocio.

Brasil, país socio

Brasil es país socio en Fitur 2025, después de que México renunciase a esa posición en octubre en medio de un deterioro de las relaciones diplomáticas con España porque el gobierno de aquel país no invitó a Felipe VI a la toma de posesión de la presidenta, Claudia Sheinbaum.

Ahora, Brasil aprovechará este escaparate para atraer inversiones y presentará el proyecto 'estrella' de capital español en el país: 2.500 millones que los grupos Cetya y Abacus han destinado a Maricá, en la región de Río de Janeiro, según explicó el embajador brasileño en Madrid, Orlando Leite Ribeiro, en una reciente entrevista con EFE.

Pese a que España es el segundo inversor en Brasil, el embajador esta convencido de que los inversores españoles han priorizado otros países latinoamericanos por el idioma. Pero «en Brasil tenemos el portuñol, no hay un solo brasileño que no hable portuñol», bromeó.

La feria se abre a espacios como Fitur Cruises, que mostrará el mundo de los cruceros; Fitur Screen, que conectará a la industria cinematográfica con la turística; Fitur Sports, sobre turismo deportivo, o Fitur Techy, que buscará explorar el equilibrio entre tecnología, IA y sostenibilidad.

A las diez secciones se suma el Observatorio de Sostenibilidad de Fitur, Fiturnext, que abordará cómo el turismo puede contribuir a la gestión sostenible de los alimentos.

En los márgenes del encuentro, este mismo martes se celebrará la Conferencia Iberoamericana de Ministros y Empresarios de Turismo (Cimet), que en su XXVIII edición reunirá a autoridades de 14 países de la región.

Récord en turistas, ingresos, resultados...

La feria se celebra en un momento de euforia en el sector en España, que ha pasado un 2024 de récord en récord, tanto en llegadas de turistas internacionales como en ingresos y en cifras de las grandes empresas del sector.

El ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, anticipaba la semana pasada que en 2024 España recibió 94 millones de turistas extranjeros, que gastaron en torno a 126.000 millones de euros, cifras que suponen crecimientos del 10 % y del 16 % respecto a las de 2023.

A falta de que el Instituto Nacional de Estadística (INE) certifique estos datos el próximo 3 de febrero, fulminando los máximos anteriores, lo que se valora más en el sector es que el gasto crece por encima de las llegadas de turistas, lo que refleja un turismo de mayor calidad, entendiendo por tal el que se deja más dinero.

También la alianza turística Exceltur ha certificado el buen ritmo del sector en 2024, con una aportación de 207.763 millones de euros, el 6,5 % más que hace un año, una cifra que explica más de una cuarta parte del crecimiento de la economía española en su conjunto.

La demanda extranjera explica el 80 % del aumento del PIB turístico en 2024, con una subida mayor en el gasto que en afluencia, y los principales mercados emisores (Reino Unido, Alemania y Francia) siguen tirando con fuerza, sin acusar la coyuntura económica desfavorable en algunos de ellos.

Los viajes de los nacionales han asentado sus ritmos de crecimiento en los valores del año anterior, con un mayor dinamismo de los destinos internacionales.

Los hoteleros españoles han aprovechado esta ola para reposicionar sus establecimientos en categorías superiores, de modo que las plazas en establecimientos de cuatro y cinco estrellas son hoy un 10 % superiores a las de 2019.

Del mismo modo, grandes cadenas hoteleras de lujo -como Four Seansons, Mandarin, Westin, Rosewood o Marriot, entre otras- se han asentado en España, sobre todo en Madrid, que ha pasado de tener media docena de hoteles de este segmento antes de la pandemia a más de 50.

Retos: sostenibilidad y ordenación de los crecimientos

En un momento de éxito como el actual, el sector en su conjunto es consciente de que los fuertes crecimientos vistos tras la pandemia tenderán a normalizarse y en 2025 se verán incrementos más moderados, aunque el ministro Hereu no descarta llegar a los 100 millones de turistas internacionales este año.

El gran debate se centra en la masificación de algunos destinos. Aunque ahora, en plena temporada baja, la discusión sobre el tema pierde intensidad, cuando se acerque el verano sin duda volverá a ganar foco.

El fenómeno es especialmente intenso en los archipiélagos, que ya el verano pasado vieron manifestaciones de sus habitantes en contra de la masificación, que hace más difícil la vida de los locales, especialmente la vivienda, con precios prohibitivos para sueldos bajos e incluso medios.

La ordenación de la vivienda turística es otro de los asuntos que están en la agenda política, tanto del gobierno central como de las comunidades autónomas, pero lo cierto es que no hay una línea de trabajo clara en este punto que ayude a ordenar este mercado, también con problemas en las grandes ciudades y en puntos críticos de la costa.

El presidente de Meliá, Gabriel Escarrer, mallorquín, ha sido la primera voz en el empresariado del sector en pedir límites y topes a la llegada de turistas, además de reclamar que se ponga coto a la oferta ilegal de servicios (pisos turísticos, guías no dados de alta, barcos de alquiler sin las preceptivas licencias...).