El presidente de la Generalitat y candidato a la reelección, Pere Aragonès (d), acompañado del presidente del partido, Oriol Junqueras, valora los resultados obtenidos por la formación política este domingo en las elecciones catalanas. | EFE/ Alberto Estévez

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En las elecciones catalanas de 2021, el independentismo consiguió un hito: mayoría absoluta de escaños (74) y, por primera vez, también de votos (52 %), un capital dilapidado en tres años de peleas internas continuas, hasta sufrir una debacle que lo deja muy lejos de los guarismos de los años del 'procés'. Hace tres años, el PSC de Salvador Illa fue el partido más votado, pero empató a 33 escaños con ERC, seguido de JxCat con 32, mientras que la CUP ocupó la quinta plaza, con nueve diputados.

El récord de votos y escaños que entonces sumaron ERC, JxCat y la CUP se tradujo en un pacto de investidura que llevó a Pere Aragonès a la presidencia de la Generalitat, con un Govern de coalición entre Esquerra y Junts, sustentado desde fuera por la CUP.

Aragonès arrancó con el compromiso de trabajar para «culminar» el proceso de independencia, pero la alianza con sus dos socios duró poco y enseguida se vio que, aparcada la vía unilateral, el 'procés' entraba en una fase de letargo, más centrada en levantar las causas judiciales por el 1-O que en avanzar hacia el Estado independiente.

La CUP ni tan siquiera le aprobó los primeros presupuestos de la legislatura, mientras que la cohabitación entre ERC y JxCat topó con constantes desencuentros, cada vez menos disimulados, hasta que la situación se hizo irrespirable y JxCat, en octubre de 2022, decidió en una consulta interna abandonar el Govern y pasar a la oposición.

Todo ello ocurría en medio del desconcierto entre el electorado independentista, que empezó a dar señales de desmovilización, sobre todo en unas manifestaciones de la Diada del 11 de septiembre cada vez menos concurridas.

En las elecciones municipales y generales del año pasado, ERC perdió miles de votos, mientras que el PSC volvía a convertirse en pilar fundamental para mantener a flote el PSOE.

Los siete escaños obtenidos por ERC y también por JxCat en las generales valían su peso en oro, porque eran claves para permitir la investidura de Pedro Sánchez, pero los síntomas de desmovilización de su electorado se han acabado confirmando este domingo.

La suma de JxCat (35), ERC (20), la CUP (4) y Aliança Catalana (2) no pasa de los 61 escaños, con más del 98 % escrutado, lo que dista mucho del récord alcanzado en 2021, cuando las candidaturas partidarias de la independencia de Cataluña lograron por primera vez la mayoría absoluta en escaños (74) y en votos (52 %).

Cuatro años antes, en 2017, después de la fallida declaración unilateral de independencia y de la suspensión de la autonomía con el artículo 155 de la Constitución, JxCat (34), ERC (32) y la CUP (4) sumaron un total de 70 escaños.

En las elecciones anteriores, en 2015, Convergència y ERC se presentaron conjuntamente bajo la fórmula unitaria de Junts pel Sí, que obtuvo 62 diputados, que, sumados a los 10 de la CUP, también superaron la mayoría absoluta (72). Las primeras elecciones del 'procés' pueden considerarse que son las de 2012, convocadas por el entonces president Artur Mas bajo el compromiso de convocar una consulta soberanista: CiU consiguió 50 escaños, ERC subió a 21, mientras que la CUP obtuvo tres.