Como es habitual en este tipo de sesiones, su desarrollo ha sobrepasado los asuntos abordados en esas cumbres y ha desembocado en un cruce de opiniones sobre cuestiones de política interna. Sánchez ha aprovechado su intervención inicial para contrastar la situación que vivía España hace un año debido a la pandemia de coronavirus y a la crisis que provocó, con el momento actual, y para recalcar que nadie puede dudar de que el país está mejor, de la eficacia del proceso de vacunación y de que hay signos evidentes de la recuperación económica. Se trata, a su juicio, de un «éxito colectivo» de todo el país que ve cómo sus cifras de incidencia del virus son notablemente inferiores a las de otros países europeos. Para Sánchez, esa situación seguirá contribuyendo a una recuperación «robusta, rápida y justa» gracias a los fondos europeos «con o sin ayuda de la bancada de la derecha», a la que ha acusado de poner «palos en las ruedas». En contraposición con ese panorama, Casado ha asegurado que la recuperación es «falsa» y le ha pedido que deje de ser «la oveja negra de Europa» tras resumir la legislatura en «arrogancia», «cesarismo», «cinismo» y «mentiras» como las relativas a los buenos datos de la pandemia.
También ha advertido con datos de crecimiento, déficit, deuda o paro juvenil, que España está en un «abismo», ha puesto en duda la recuperación del empleo y ha afirmado que los presupuestos de 2022 son «ruinosos», «nacen muertos», suponen un despilfarro de gasto público y están pactados con «los más radicales» de Europa, en referencia a ERC y EH Bildu. Ante esas críticas, a la que sumó su duda sobre la ejecución de los fondos europeos, Sánchez le ha respondido tildando «de vergüenza ajena» lo que algunos líderes del Partido Popular Europeo le comentan sobre las acusaciones que hace Casado al Gobierno fuera de España. Unas acusaciones que ha alertado de que, además de hacer daño a España, socavan la confianza de los ciudadanos en el sistema democrático.
«Da vergüenza ajena escucharle hablar de la evolución de la pandemia en España», ha insistido. En repetidas ocasiones ha instado al líder del PP a aclarar si, como dice, España está en quiebra o en recuperación, le ha acusado de «jugar con la desinformación», de dar datos falsos y ha asegurado que actuando de esa forma «es muy difícil tomárselo en serio».
Ambos se han enzarzado igualmente en un debate sobre las víctimas de ETA en el que Sánchez ha pedido a Casado no usar la memoria de sus compañeros socialistas asesinados por la banda terrorista después de que el dirigente del PP le preguntara si no le daba vergüenza que quienes «defienden el asesinato de catorce concejales del PSOE y no los condenan (en alusión a EH Bildu) tienen 'feeling'» con él para aprobar los presupuestos. Sánchez ha respondido también a las críticas del presidente de Vox, Santiago Abascal (quien en su intervención ha anunciado una proposición de ley para restringir la concesión de la nacionalidad española) espetándole: «Ustedes no van a salvar a España; a España hay que salvarla de ustedes». Entre los socios de Gobierno, el portavoz parlamentario de Unidas Podemos, Pablo Echenique, sí ha dedicado su turno a los debates en la UE para reclamar más europeísmo, pero desde otros partidos de oposición se ha insistido en asuntos internos. Así, la líder de Ciudadanos, Inés Arriadas, ha culpado a PP y PSOE por hurtar desde 2015 el debate sobre el estado de la nación y por acordar el reparto de órganos constitucionales. Al respecto y ante la polémica por la designación de Enrique Arnaldo para el Tribunal Constitucional, Sánchez ha admitido que no le gustan algunos de los candidatos propuestos por el PP para renovar los órganos constitucionales, pero ha subrayado que «el deber del Gobierno de España» es salvar el acuerdo.
Dos socios habituales del Ejecutivo como PNV y EH Bildu también le han hecho advertencias a cuenta de la reforma laboral. En concreto, el portavoz del PNV, Aitor Esteban, ha instado a Sánchez a que no trate el Parlamento como un «mero instrumento de ratificación» de esa reforma porque el «ninguneo» a la cámara no es aceptable. La portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, le ha exigido que derogue la reforma porque, si no lo hace, e incumple otros compromisos acordados con la mayoría progresista, pondrá una «alfombra roja a la derecha». ERC y el Grupo Plural han reprochado al Gobierno que no ataje la crisis energética con medidas que favorezcan a los ciudadanos en vez de al «oligopolio energético» y han cuestionado que apruebe medidas coyunturales y que perjudican a las energías limpias. También desde el grupo mixto ha habido varias llamadas a solucionar el problema provocado por el encarecimiento de la factura de la luz. Héctor Gómez, portavoz del grupo socialista, ha dedicado su turno a reprochar al PP que no haya superado todavía la etapa de la confrontación y le ha avisado de que este tipo de actitudes «no dan resultado».
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