Así se expresó Aragonès en su primer mensaje institucional como president con motivo de la Diada del 11 de septiembre, que pronunció no en el Palau de la Generalitat, como es tradición, sino en el recinto modernista del Hospital de Sant Pau de Barcelona.
Aragonès quiso iniciar su intervención con un «sentido recuerdo» para todas las víctimas de la COVID y tuvo palabras de «reconocimiento» hacia los profesionales sanitarios, de residencias y otros servidores públicos frente a la pandemia.
Discurso
El grueso de su discurso, no obstante, pivotó en torno a la cuestión nacional, a un día de que el independentismo vuelva a las calles con la manifestación convocada por la ANC en Barcelona, a la que tienen previsto asistir Aragonès y la mayoría de sus consellers.
Frente a las voces independentistas -como la de JxCat o la CUP- que muestran abiertamente su escepticismo hacia la mesa de diálogo entre la Generalitat y el Gobierno, Aragonès quiso ponerla en valor.
«Catalunya está a las puertas de hacer una cosa que no había conseguido nunca antes: abrir una negociación con el Estado, de gobierno a gobierno, para abordar cómo resolvemos el conflicto. Y lo hacemos con el compromiso de las dos partes de que el resultado de esta negociación cuente con el aval de la ciudadanía de Catalunya a través de una votación», destacó.
Por este motivo, según el president, el independentismo debe «afrontar la negociación con toda la ambición, con toda la firmeza» y «confianza» en su capacidad para alcanzar sus objetivos.
«Por eso la hemos de afrontar uniendo esfuerzos, construyendo confianzas dentro y fuera de Catalunya, ante un proceso lleno de obstáculos que necesitará tiempo, unidad y perseverancia», remarcó.
Por otra parte, Aragonès anunció por la mañana que la mesa de diálogo con el Gobierno se celebrará el jueves o viernes de la semana que viene en Barcelona, e insistió en que «lo natural» es que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, asista.
Borràs defiende la vía «unilateral» y degrada la reunión con el Gobierno
La presidenta del Parlament, Laura Borràs, degradó ayer la mesa de diálogo, un instrumento que ve reducido a un simple «eslogan» condenado al «fracaso», y advirtió a Pere Aragonès de que sí hay una alternativa: la «unilateralidad». Así replicó Borràs a las palabras de Aragonès, que había retado a los escépticos con la mesa de diálogo a plantear «alternativas» concretas. «Si alguien cree que, ante la oportunidad que tenemos de discutir delante del Estado el derecho a la autodeterminación hemos de renunciar a ello, que me diga qué hacemos», dijo.
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Los que viven del " referéndum que viene ", no quieren que se olviden de su gallina de los huevos de oro.