La ministra de Sanidad, Carolina Darías. | Zipi

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El Ministerio de Sanidad va a proponer este jueves a las comunidades autónomas, dentro de la Comisión de Salud Pública, que mantengan sus cierres perimetrales y que los estudiantes universitarios que residan durante el curso académico en otra región o país no puedan volver a su lugar de residencia desde el 26 de marzo hasta el 9 de abril, con motivo de la Semana Santa.

Así se recoge en el documento 'Propuesta de medidas de salud pública frente a la COVID-19 para las fiestas de Semana Santa 2021', en el que también se insta a «evitar todos aquellos viajes que no sean necesarios».

Con esta propuesta del Ministerio, la movilidad estaría limitada por el cierre perimetral de todas las comunidades autónomas, aunque con las excepciones ya reguladas por el actual Estado de Alarma, como el «retorno al lugar de residencia habitual o familiar» o las causas de fuerza mayor. El Ministerio recomienda, a su vez, que en los casos sujetos a estas excepciones se realice una PCR o test de antígeno antes del viaje.

De la misma forma, se pide a las comunidades autonomías «no bajar el nivel de alerta» desde las dos semanas previas al inicio de Semana Santa «aunque los indicadores sean favorables» y «mantener las medidas establecidas en ese momento».

Por otra parte, Sanidad opta por no celebrar eventos masivos «de cualquier índole que impliquen aglomeración o concentración de personas». «Las ceremonias en espacios cerrados seguirán las normas de aforo y otras medidas establecidas según el nivel de alerta de cada comunidad autónoma», sostiene el texto.

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Junto con estas limitaciones, se plantea un toque de queda de diez de la noche a seis de la mañana y una restricción de aforo en reuniones a un máximo de «4-6 personas». Igualmente, se desaconseja «expresamente» la celebración de encuentros sociales en los domicilios o en otros espacios cerrados con no convivientes.

Por último, el Ministerio ve «pertinente» hacer una campaña institucional para evitar la relajación de comportamientos bajo el nombre 'No «salvamos semanas», salvamos vidas'. «Este esfuerzo debe incluir la integración en las estrategias de comunicación de elementos dirigidos a reducir el impacto de la «fatiga pandémica» en las medidas de control y plantear los escenarios de riesgo previstos incluyendo la esperanza que aportan los buenos resultados de las vacunas utilizadas para el control de la epidemia», señala el documento.

Como justificación de estas medidas, Sanidad explica que «aunque la situación del país en cuanto a incidencia, presión asistencial y número de fallecimientos ha mejorado en comparación a los meses de enero y febrero, aún se mantienen elevados los índices de ocupación de camas de cuidados críticos, que están presentando descensos muy lentos».

De forma global en España, a fecha de 2 de marzo, la ocupación de camas de UCI continúa siendo cercana al 30 por ciento, así como que los indicadores de incidencia acumulada siguen lejos del objetivo de 50 casos por 100.000 habitantes que nos situaría en nivel de riesgo bajo», añaden.

En este mismo sentido, argumentan que, pese a la campaña de vacunación, «aún no se ha alcanzado una cobertura vacunal suficiente ni en España ni en el resto de Europa que garantice la protección generalizada de la población». «En las fechas en las que se celebra la Semana Santa todavía no se habrá inmunizado con la vacuna a una proporción suficiente de la población para conseguir una reducción significativa del riesgo», fija el Ministerio, que también advierte de la aparición de nuevas variantes que presentan una mayor capacidad de transmisión.

«Estos aspectos relacionados con la vacuna y los indicadores actuales nos obligan a ser extremadamente cautelosos en relación al mantenimiento de medidas de limitación de actividades no esenciales y de control de la movilidad de cara a los festivos de Semana Santa, puesto que tradicionalmente, son frecuentes los desplazamientos nacionales e internacionales, así como las celebraciones con aglomeración de personas, que pueden generar, en ambos casos, aglomeraciones de población que supongan un riesgo de transmisión», argumentan.