Muchos focos no estaban en el principal grupo del Congreso. Ni siquiera en el segundo grupo más numeroso. La llegada a las instituciones nacionales de Vox ha acaparado numerosas miradas desde el principio. Sabedores de ello los de Santiago Abascal se han situado en los escaños que, por lógica, deberían ocupar los diputados socialistas, justo en la nuca del presidente del Gobierno y sus ministros. Era su particular bienvenida, una declaración de intenciones en toda regla. Y algunos diputados socialistas les han respondido enfundándose la camiseta de Gaysper, una camiseta muy especial.
Se trata del icono de un fantasma con los colores de la bandera arcoiris, utilizado en su día por Vox para identificar a uno de los símbolos contra los que se proponían lanzar su particular cruzada. Pero más allá de esto la comunidad LGTBI lo acogió como a un hijo, un símbolo propio del que incluso se comercializan sudaderas y prendas para lucir con orgullo.
Otro de los puntos de interés se ha centrado en la llegada al Congreso de los diputados electos catalanes que actualmente cumplen prisión preventiva por su participación en el procés independentista en Cataluña.
Pablo Iglesias habló del tema antes de entrar en la cámara baja, abogando porque estos puedan representar a los ciudadanos que les han votado. Ya en la zona de escaños saludó al líder republicano Oriol Junqueras a su llegada, bajo la atenta mirada de la diputada balear de Vox Malena Contestí. Junqueras también se saludó con el presidente Pedro Sánchez, aunque fue un saludo más frío y neutro que el que cruzó con el líder de Unidas Podemos.
Sus compañeros nacionalistas ovacionaron a los Rull y Turull así como a Jordi Sànchez, en el primer día en que abandonaron su celda para depositar su voto en la urna del Congreso. No todos vieron con buenos ojos esta realidad; entre ellos Abascal, uno de los claros protagonistas de la jornada, que habló de «bochorno».
Otro de los ítems destacados fue la camiseta de la joven diputada de ERC Marta Rosique, miembro de la Mesa de Edad, que mencionaba a los Països Catalans, y que levantó ampollas por ejemplo en la bancada de Ciudadanos.
Y en el plano menos político y más anecdótico destacan los comentarios que ha generado el presidente de la Mesa de Edad, el socialista Agustín Javier Zamarrón, para algunos la viva imagen del célebre dramaturgo Ramón María del Valle-Inclán. Comentarios por su apariencia, aunque también por la forma de dirigirse a los diputados. A juzgar por el arranque de la legislatura, seguro que no nos vamos a aburrir.
2 comentarios
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Muy de acuerdo, el monotema gay, LGTB, igualdad de las mujeres y toda esa mandanga giliprogre, cansa y mucho, aburre hasta a las ovejas y ya resulta inaguantable, en serio lo digo. Por otro lado, en ningún Parlamento de ningún país serio, digno, donde haya un mínimo respeto por sus más altas instituciones, se permiten estas exhibiciones sectarias de fanáticos, cada cual con su indumentaria temática y ridícula. Lo primero que debería advertirles la presidencia del Congreso a todos los diputados, porque se ve que muchopno lo saben, es que cada diputado representa a todo el conjunto de la ciudadanía española, no a su partido ni a sí mismo. Esto viene así establecido en la propia Constitución. Así que se dejen ta de camisetitas y gilipolleces. La camiseta se la pone ud para salir de copas con sus amigos o para ir a la playa, pero al Parlamento se presenta uno vestido con decoro y con el respeto debido al cargo, a la institución y a la ciudadanía que ud representa y que le paga la nómina.
el tema gay cansa