Aspecto de la zona de Totalán (Málaga) donde durante trece días más de 300 personas han estado colaborando en los trabajos de rescate de Julen, el niño de dos años que cayó a un pozo. | Álvaro Cabrera

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El pozo de Totalán donde cayó el pequeño Julen el 13 de enero está en suelo no urbanizable común, lo que implica que, con los permisos correspondientes, hubiera podido hacerse la perforación de manera legal si se hubiese justificado el fin para el que se quería el sondeo.

Fuentes judiciales han indicado que, cuando un terreno se encuentra en suelo no urbanizable común, se pueden realizar diversas actuaciones compatibles con uso agrícola, ganadero, industrial e incluso turístico, pero siempre que la obra tenga interés público.

Al tratarse de un suelo rústico que no tiene ningún tipo de protección o afectación, ya que no es parque natural ni zona protegida, en la finca de Totalán se podría haber pedido permiso para excavar el pozo -algo que no se hizo- o realizar otra actuación, pero siempre con un informe vinculante favorable.

Según las investigaciones, tanto el pozo como los movimientos de tierra se realizaron en diciembre, y todo apunta, según han confirmado las citadas fuentes, a que primero se hizo el pozo y luego se movió la tierra, aunque hay que esperar a los informes finales.

Por su parte, el Instituto Nacional de Toxicología prevé que en unas dos semanas se puedan determinar las causas exactas de la muerte de Julen, ya que cuando reciban las muestras del cuerpo del pequeño harán un análisis microscópico de sus heridas, un trabajo que permitirá concretar cuándo y cómo murió.

Un día después del entierro del menor en el cementerio malagueño de El Palo continúan las muestras de dolor y también de reconocimiento al dispositivo que participó en su rescate, y en Internet se recogen firmas para que la Brigada de Salvamento Minero sea distinguida con el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia.

La Asociación Unificada de Guardias Civiles hace extensiva esta petición del Premio Princesa de Asturias a todo el dispositivo, mineros, miembros de Protección Civil, bomberos, guardias civiles, personal sanitario y el resto de personas que han trabajado durante estas semanas.

El Ayuntamiento de Málaga ha anunciado que el 6 de febrero distinguirá a los participantes en el dispositivo, y el concejal no adscrito Juanjo Espinosa ha solicitado que este equipo sea reconocido con la Medalla de la Ciudad.

Nicolás Rando, el guardia civil que sacó a Julen del pozo, ha afirmado en una entrevista que publica hoy el diario «Sur» que sintió cierto «alivio» por el trabajo terminado, aunque estaba «enfurecido» por el resultado: «No estaba vivo, eso es lo peor. Pero lo hemos dado todo».

Aunque sabía que «iba a tener que hacerlo» por su condición de experto en rescate de montaña, cuando el agente dejó al pequeño en la carpa donde esperaban dos forenses, se tuvo que ir a un lugar apartado de la plataforma de trabajo y se derrumbó.

El equipo de psicólogos que ha atendido a la familia de Julen, por su parte, continúa a disposición de los parientes, por si fuera necesario, en un momento en el que necesitan intimidad.

Francisca Ruiz, vicedecana del Colegio de Psicólogos de Andalucía Oriental, ha explicado a Efe que hasta ayer estuvieron acompañando a la familia del pequeño, que habrá un seguimiento y que siguen a su disposición, pero ha advertido de que «ahora necesitan su espacio e intimidad» para analizar y digerir lo ocurrido.

Ha afirmado que el trabajo ha consistido en hacer frente a «muchos picos de emociones, con mucha incertidumbre, frustración o desesperanza, y tratar de paliar y regular esos sentimientos» para prevenir posibles trastornos posteriores.

Mientras tanto, Totalán intenta volver a la tranquilidad, pese a que su alcalde, Miguel Ángel Escaño, asegura que «la cicatriz va a quedar para siempre» y que «no hay punto y final en esta historia», sino que todavía quedan «muchas cosas que hacer», en referencia al apoyo que precisa la familia y a las diligencias judiciales abiertas.