En un comunicado remitido a la Agencia Efe por su mujer, Rosa Barceló, el expresidente valenciano afirma: «Soy inocente porque no he sido juzgado tal y como reconoce nuestro ordenamiento jurídico, aunque no sea libre por estar sometido a prisión preventiva».
Zapalana declara tener el «convencimiento absoluto» de no ser responsable de los hechos de los que se le acusa: «Puedo afirmar que jamás cobré comisión alguna por unas adjudicaciones públicas y jamás distraje una peseta o un euro de las administraciones públicas a las que serví», asevera.
Tras asegurar que «desconoce» el contenido del sumario al estar declarado secreto por la titular del Juzgado de Instrucción número 8 de Valencia, insiste en su inocencia «por el «convencimiento absoluto de no ser responsable de los hechos».
Sobre el hecho de seguir en prisión para evitar la destrucción de pruebas y el riesgo de fuga, Zaplana replica: «No sé qué prueba puedo destruir después de siete meses de privación de libertad, ni quién se puede plantear seriamente que en mis condiciones me vaya a fugar de mi país».
Afirma, además, que es «imposible» su fuga, no solo por sus «dependencias médicas y arraigos evidentes», sino por que «bajo ningún concepto» permitiría que su «concepción del honor personal» y el legado que deja fuera de tal «indignidad».
El exdirigente del PP afirma que «siempre» ha «concebido y defendido una justicia y unos cuerpos policiales equilibrados, neutrales y con controles. Que hagan justicia sin necesidad de destruir a las personas y su entorno».
Zaplana, en prisión incondicional desde el pasado 24 de junio, recuerda que la investigación que le atañe comenzó en 2015 y se pregunta cuántos años hacen falta para instruir un asunto contra una persona.
Cuando se levante el secreto del sumario espera «poder defenderme y explicar todo aquello que la instrucción necesite que aclare».
Zaplana agradece las peticiones a favor de su puesta en libertad por cuestiones de humanidad por la leucemia que sufre y por la que está ingresado en el hospital La Fe de Valencia desde el pasado martes.
Concluye la carta a su esposa agradeciendo «a cuantos han tenido la sensibilidad y argumentos» para pedir su libertad.
En el comunicado Rosa Barceló denuncia que ni a ella ni a sus hijas se les permite ver a Eduardo Zaplana más que 45 minutos a la semana, que ella ya consumió el pasado jueves cuando prepararon este comunicado, cinco días antes de que se produjera su ingreso en La Fe.
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