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Francisco Franco Martínez-Bordiú, nieto del dictador Francisco Franco, ha advertido este lunes de que no facilitarán «el juego político» con los restos o la «momia» de su abuelo y ha asegurado que la familia llegará hasta «el último extremo» para defender sus derechos frente al decreto ley del Gobierno.

El nieto de Franco, en una entrevista en la Cadena Cope, ha avanzado que presentarán las alegaciones que correspondan al decreto ley porque no ven la urgencia ni la necesidad de exhumar los restos del dictador.

«No le vamos a facilitar al Gobierno que juegue con los restos, con la momia de mi abuelo (...), tenemos unos derechos como ciudadanos que nos otorga la Constitución y que vamos a llevar hasta el último extremo, obviamente por supuesto, acatando la ley. Ahora responderemos a las alegaciones a este decreto ley y llegaremos hasta donde haya que llegar», ha dicho.

Ha asegurado que la opinión de la familia en este sentido es unánime y ha acusado al Gobierno de mentir al afirmar que había hablado con los familiares y que tenía la «aceptación» de la Iglesia, lo que -ha sostenido- «es mentira».

Asimismo, ha negado que hayan amenazado al Gobierno y ha explicado que lo único que ha habido es un «burofax» enviado por la Fundación Francisco Franco, que «no representa a la familia», y que ha advertido pero «no amenazado» de que «todo el Consejo de Ministros podría caer en prevaricación».

Tras insistir en que no creen que exista una «urgencia tremenda» para «sacar» los restos de su abuelo del Valle de los Caídos después de 43 años, ha explicado que, ya que la familia como particulares no pueden impugnar el real decreto para retrasarlo, se dirigirán al Defensor del Pueblo, que puede hacerlo.

El nieto del dictador ha confesado que le da «rabia» tener que «estar aquí y hacer el juego al Gobierno» que, en su opinión, está utilizando el asunto como «cortina de humo» porque no puede gobernar mientras al 90 por ciento de los ciudadanos «les importa un pito» donde está enterrado su abuelo.

Ha negado que el Valle de los Caídos fuera construido como un mausoleo porque Franco «jamás dijo que quería ser enterrado allí» y fue decisión del Gobierno cuando murió, y se ha mostrado convencido de que si hoy se pudiera preguntar a su abuelo se mostraría dispuesto a la exhumación si sirviera para solucionar alguno de «los problemas que asolan este país».

«Si hubiese sido otro el planteamiento y si hubiese muerto antes de ayer por supuesto lo enterraríamos donde considerásemos oportuno, pero es que está enterrado donde está enterrado y nosotros no vemos ningún motivo para cambiar el sitio», ha apostillado.

En cualquier caso, ha anticipado que si el Gobierno hace efectiva la exhumación le darán «entierro cristiano» y le enterrarán donde consideren oportuno, aunque ha avanzado que la familia no lo ha discutido porque no ve que «haya una inminencia», como plantea el Ejecutivo.