María Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría se comprometieron este miércoles a mantener el diálogo y la comunicación durante el proceso interno del PP en el que compiten, junto a otros cinco candidatos, por la presidencia del partido. Tanto la secretaria general del PP como la exvicepresidenta del Gobierno subrayaron su disposición a integrar candidaturas a lo largo de este proceso, y ambas aseguraron que hablarán estos días.
Frente a la disposición a hablar de ambas dirigentes, Pablo Casado advirtió, por su parte, de que su candidatura es «la única» que puede garantizar que el PP «no se rompa».
Tras finalizar este 20 de junio, a las dos de la tarde, el plazo de registro, son siete los 'populares' que han llevado a la sede nacional del PP los avales para participar en este proceso para relevar a Mariano Rajoy.
Junto con De Cospedal, Sáenz de Santamaría y el vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado, estarán el exministro José Manuel García Margallo; el responsable de Relaciones Internacionales del partido, José Ramón García Hernández, y los valencianos José Luis Bayo y Elio Cabanes. Todos ellos tendrán que ser ratificados por la Comisión Organizadora del Congreso (COC) una vez cotejados sus avales.
De Cospedal fue la última candidata en entregar sus avales, 3.336. Admitió por la mañana que si Alberto Núñez-Feijóo hubiese dado el paso para competir por el liderazgo del partido ella le habría apoyado, pero aseguró que si gana esta batalla integraría en su equipo a Sáenz de Santamaría y a Casado. «Rotundamente, sí», respondió.
Afiliados y pesos pesados
«Integración y unidad». En estos conceptos insistió Cospedal, quien se presentó como la candidata de los militantes, por eso acudió a presentar sus avales acompañada de afiliados de distintos puntos de España. No quiso De Cospedal, así, ir acompañada de dirigentes o caras conocidas del partido, aunque sí aseguró que hay exministros en su equipo, y horas después se confirmó que su portavoz de campaña será la extitular de Sanidad Dolors Montserrat.
Muy distinta fue la puesta en escena de Sáenz de Santamaría, quien llegó acompañada de sus más fieles compañeros de partido: el presidente del PP vasco, Alfonso Alonso; la exministra Fátima Báñez y el exjefe de Gabinete de Rajoy José Luis Ayllón, así como del senador vasco Iñaki Oyarzábal.
La exvicepresidenta del Gobierno, que no dio la cifra de avales presentados, se mostró dispuesta a hablar «antes, durante y después» para integrar candidaturas porque lo importante, recalcó, es «fortalecer el partido».
También rodeado de caras conocidas del partido acudió Pablo Casado a presentar sus avales. Entre otros, estaban el vicesecretario de Sectorial del PP, Javier Maroto, y José Ignacio Echániz, que fue en su momento consejero en el gobierno autonómico de Cospedal en Castilla-La Mancha. Casado insistió en distinguirse de sus rivales asegurando ser el único que puede garantizar la unidad del partido y sacó pecho de los más de 5.000 avales presentados.
«Guerra de las Dos Rosas»
También sobre la rivalidad entre Sáenz de Santamaría y Cospedal y el riesgo de que la campaña se polarice advirtió otro de los candidatos, José Manuel García-Margallo, quien señaló que si este proceso se plantea como «una Guerra de las Dos Rosas» se conseguirá la «fragmentación» del partido.
Igualmente llevaron sus avales José Ramón García-Hernández, que los portaba en la que llamó la «caja de la ilusión», y el valenciano Elio Cabanes, que defendió «transformar el PP» desde las bases.
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