En una declaración institucional en la Galería Gótica del Palau de la Generalitat, justo antes de acompañar a Mas, Ortega y Rigau al Palacio de Justicia de Barcelona, donde serán juzgados por el 9N de 2014, Puigdemont ha afirmado que el expresident y las dos exconselleras defenderán su dignidad «no arrodillados sino en pie».
Puigdemont ha acusado al Estado de «judicializar» asuntos que deberían resolverse por la vía política y cometer «todo tipo de abusos para perseguir ideas», aunque ha advertido de que encontrarán «la misma respuesta que encontraron tras la campaña de recogida de firmas» del PP contra el Estatut de 2006, «firmas a menudo convertidas en firmas contra Cataluña», ha añadido.
En su breve intervención, de poco más de dos minutos, Puigdemont ha denunciado que Mas, Ortega y Rigau «serán juzgados por una causa que nunca debería haber llegado a los tribunales».
Puigdemont ha aseverado que la consulta del 9N, en la que participaron «mas de 2,3 millones de personas», representó un «compromiso» entre las instituciones y la ciudadanía catalanas y, con ella, «Cataluña envió una señal» democrática.
A su juicio, «la democracia debe temer siempre» la posibilidad de «desconectarse de los ciudadanos», por lo que el 9N fue un acontecimiento «contra esta perversión» y representó una demostración de una «democracia mas sana» que la de «un país que envía al banquillo de los acusados a los que hicieron posible» esa votación.
El presidente de la Generalitat ha garantizado que el juicio por el 9N tendrá una «respuesta de un pueblo que, con todas sus diferencias, matices y diversidades, vela por su dignidad».
«Dignidad que hoy, con su actitud noble y leal, defenderán Mas, Ortega y Rigau ante un tribunal, no arrodillados sino de pie», ha sentenciado.
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