El maquinista Francisco José Garzón, conductor del tren Alvia que el 24 de julio de 2013 descarriló a la altura del barrio compostelano de Angrois, ha expresado en un escrito la pena y el dolor que siente por los damnificados al cumplirse el primer aniversario del accidente.
La misiva breve, de cinco párrafos ha sido publicada en La Voz de Galicia.
«En realidad, no sé si a algunos de ustedes lo que yo pueda decir o sentir les causa algún alivio en su inmenso dolor. No saben cuánto daría por ello», escribe Garzón.
Y prosigue: «Es tan grande el daño que he sufrido. Un año después siento la necesidad de decirles públicamente lo que cada día, desde aquel 24 de julio, digo en soledad, destrozado por las consecuencias del accidente: Perdón».
Vidas trucadas
Garzón asume que él era el maquinista del Alvia ese día y que lo que no quiere ni pretende es justificar su despiste, porque hay unas víctimas que con plena confianza se montaron en un tren que debía llevarlas sanas y salvas al lugar previsto, algo que no sucedió.
En el cierre de su misiva, se despide con un lacónico: «Permítanme abrirles mi corazón. Si algo puedo hacer, si puedo llevarles algún consuelo de alguna forma... Me ayudaría tanto hacerlo... Aunque ahora solo creo que debo transmitirles una palabra: perdón».
Víctimas de la tragedia ferroviaria del 24 de julio de 2013 han expresado en una protesta celebrada en la plaza del Obradoiro su perdón al maquinista de ese tren al entender que se ha intentado culpar a un hombre que tuvo un «error humano» en un trazado que no contaba con la seguridad idónea.
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