La Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios (CIAF) ha determinado que el descarrilamiento del tren de Santiago de Compostela, que causó 80 muertos y 147 heridos, se debió a un exceso de velocidad provocado por el maquinista y a su falta de atención por responder a una llamada telefónica.
De acuerdo con el documento elaborado por el órgano adscrito al Ministerio de Fomento al que ha tenido acceso EFE, el tren circulaba a 179 km/h en la curva de Angrois, limitada a 80 km/h.
Ello pone de manifiesto que el maquinista no respetó lo prescrito tanto en el libro horario del tren como en el cuadro de velocidades máximas.
La CIAF señala además como causa coadyuvante la falta de atención del maquinista, que, al responder a la llamada de un interventor, no frenó de forma adecuada para reducir la velocidad antes de la entrada a la curva.
En diciembre de 2011 un jefe de maquinistas de Renfe remitió un correo electrónico a sus superiores en el que alertaba de la existencia de peligrosidad en la curva de Angrois. Sin embargo, de las 310 alegaciones que recibió el proyecto del acceso ferroviario a Galicia ninguna de ellas ponía objeciones al trazado en la zona del accidente.
El informe, que estaba previsto que sfuera entregado ayer al juez que instruye la causa, considera que la llamada fue excesiva -duró 100 segundos- y reiterativa en su contenido. Se produjo además 6.000 metros antes del inicio de la curva, lo que impidió al maquinista iniciar el frenado del tren en el momento oportuno.
El sistema tardó tres segundos en iniciar la frenada efectiva, lo que indica que el tren circulaba a 195 km/h cuando comenzó la desaceleración. Descarriló cuatro segundos después en un punto ya fuera del tramo dotado del sistema ERTMS.
El informe, de 266 páginas e independiente de cualquier investigación judicial, refrenda la versión ofrecida por Renfe y Adif.
En una entrevista concedida a EFE, el presidente de Adif, Gonzalo Ferre, aseguró que el maquinista tenía que haber empezado a frenar cuatro kilómetros antes de llegar a la zona donde se produjo el accidente, en el que además resultaron heridas 147 personas.
En la misma línea se manifestó el presidente de Renfe, Julio Gómez Pomar, quien insistió en que funcionaron todos los sistemas de seguridad y que tanto la vía como el tren estaban en perfectas condiciones.
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