Una de las historias que corre más de boca en boca por nuestros pueblos es la de aquel vecino que cayó fulminado por un rayo, una serie de descargas eléctricas a las que sobreviven la mayoría de las personas, pero que pueden producir lesiones graves y en algunos casos muy llamativas.
Especialistas en medicina de emergencias y dermatología han detallado a Efe las lesiones que un rayo puede provocar en el organismo, un accidente que es probable sobre todo en verano y en estos días en los que está descargando un gran número de tormentas eléctricas.
El doctor Juan González Armengol, presidente de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes), asegura que no se sabe exactamente cuál es el porcentaje de mortalidad por la caída de un rayo, pero se calcula que entre el 15 y 20 por ciento.
Las lesiones no mortales son más comunes y frecuentes: un buen número de ellas las sufren quienes se encuentran cerca de un vehículo, y otra parte importante deportistas que hacen ejercicio al aire libre, sobre todo deportes acuáticos.
El rayo es una corriente directa que emite descargas eléctricas instantáneas en el cuerpo, millones de voltios, que se propagan a través de un fenómeno llamado "brinco de corriente", que evita que los órganos vitales se lesionen y explica por qué las víctimas pueden sobrevivir a la exposición de estas tremendas descargas.
Pero a veces, el rayo ingresa en el cuerpo e interrumpe de manera fulminante el funcionamiento de órganos vitales, como el corazón, los pulmones o el cerebro.
Las lesiones más peligrosas son las que afectan el sistema cardiovascular y el sistema nervioso central.
Arritmias, asistolias -no latido-, fibrilación ventricular o infartos, pero también pérdida de conciencia, amnesia, hemorragias, parálisis, edema e infarto cerebral.
También pueden provocar en los pulmones edemas, contusiones o llegar al paro respiratorio, además de lesiones en los ojos y oídos y quemaduras de diverso grado.
En el pueblo leonés de Prioro, un rayo cayó en abril de 2006. y una treintena de personas requirió atención hospitalaria, según su alcalde, José Escanciano, quien mantiene que a partir de ese momento todos miran al cielo con especial respeto.
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