Los ataques militares de castigo contra blancos en Siria deben efectuarse incluso sin la autorización del Consejo de Seguridad de la ONU, según el Gobierno británico, que no consiguió ayer la aprobación de una resolución al respecto.
Después de que una sesión del Consejo de Seguridad concluyera sin haber aceptado la propuesta del Reino Unido, su ministro de Exteriores, William Hague, insistió en que las grandes potencias tienen la "responsabilidad" de actuar en Siria.
"Lo mejor sería que la ONU estuviera unida, si bien eso parece poco probable a la luz de los vetos de Rusia y China que hemos obtenido en el pasado", señaló Hague en una comparecencia ante la prensa en Londres.
Se da por hecho que, en caso de que se llegue a celebrar una votación sobre la resolución británica, entre los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad esta contaría con el apoyo de EEUU y Francia, pero sería vetada por Rusia y China.
"Tenemos claro que si no hay acuerdo en las Naciones Unidas todavía tenemos una responsabilidad", dijo el titular del Foreign Office. "Nosotros y otras naciones todavía tenemos responsabilidad".
Estas afirmaciones de Hague chocaron con las que hizo unas horas antes el mediador internacional para Siria, Lajdar Brahimi, quien insistió en que ataques militares sin la autorización del Consejo de Seguridad supondrían una violación del derecho internacional.
El enviado especial de la ONU y la Liga Árabe para Siria declaró que "el derecho internacional es claro con respecto a esto y dice que una acción militar debe ser emprendida después de una decisión del Consejo de Seguridad".
También el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, recordó que debe ser la ONU la que ofrezca "el marco de cualquier posible intervención militar" en Siria.
"La Carta de la ONU proporciona claras directrices para las acciones de paz y seguridad", sostuvo.
Estas opiniones encontradas se formularon en un momento de máxima tensión, al esperarse de un momento a otro que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ordene un ataque limitado contra el régimen de Bachar al Asad.
Las fuerzas navales y áreas estadounidenses están ya posicionadas en la región para una serie de ataques aéreos que incluso podrían comenzar mañana, según indicaron ayer fuentes de la Casa Blanca.
La operación que tiene preparada Estados Unidos y sus aliados pretende "dar una respuesta" al presunto uso de armas químicas hace una semana por parte del régimen sirio contra un barrio en las afueras de Damasco, donde murieron un gran número de civiles, que se han cifrado en desde 355 hasta más de 1.500.
El Gobierno del presidente Al Asad culpa del incidente a los rebeldes que luchan por derrocarlo y afirmó hoy haber aportado pruebas al respecto.
"Hemos entregado a Naciones Unidas todas las pruebas y documentos que muestran que fue la oposición, no el Estado, la que utilizó armas químicas", aseguró, en declaraciones a Efe, el viceministro sirio de Asuntos Exteriores, Faisal Miqdad.
Estados Unidos y sus principales aliados parecen convencidos de que es el régimen sirio que tiene la responsabilidad.
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