La organización Médicos Sin Fronteras (MSF) confirmó ayer la muerte el miércoles de 355 personas con síntomas neurotóxicos en la periferia de Damasco, en una jornada en la que el régimen sirio y los rebeldes redoblaron sus acusaciones mutuas sobre el uso de armas químicas.
De acuerdo con la citada ONG, al menos tres hospitales de la provincia de Damasco atendieron ese día a 3.600 ciudadanos con los mismos síntomas, horas después de un controvertido ataque contra las localidades de Guta Oriental y Occidental.
"El personal médico de esos centros ofreció información detallada a los doctores de MSF sobre el gran número de pacientes que llegaron con síntomas (neurotóxicos), como convulsiones, salivación excesiva, pupilas dilatadas, visión borrosa y dificultades respiratorias", indicó Bart Janssens, director de operaciones de esta organización.
Estas personas fueron tratadas principalmente con atropina, medicamento utilizado en víctimas de armas químicas, agregó MSF, antes de precisar que su personal no se pudo acercar a la zona por falta de seguridad.
Las cifras y los detalles aportados por MSF son similares a los ofrecidos ayer por una ONG siria, que cifró en 322 los muertos en un ataque que atribuye a la dictadura que encabeza Bachar al Asad.
En un comunicado divulgado en Beirut, el Observatorio de Sirio de Derechos Humanos (OSDH) detalló que entre las víctimas mortales se contabilizaron 54 niños y 82 mujeres, además de decenas de rebeldes y 16 cadáveres que no han podido ser identificados.
Las revelaciones coincidieron con la llegada a Damasco de la representante de la ONU para Asuntos de Desarme, Angela Kane, quien tratará de persuadir a las autoridades sirias de que permitan el acceso inmediato a la zona del supuesto ataque con armas químicas en la periferia de la capital.
Su misión se antoja una quimera a tenor de la confusión que impera en el país, con ambas partes acusándose de nuevo, y el incremento de la tensión bélica internacional, con EEUU, Rusia, China e Irán a la cabeza.
Según fuentes de la Casa Blanca, el presidente estadounidense, Barack Obama, se reunió ayer con miembros de sus gabinete de Seguridad para estudiar posibles opciones de cara a una eventual intervención bélica.
Pentágono
En este sentido, el diario "The New York Times" abrió sus páginas asegurando que el Pentágono sopesa la posibilidad de una acción área similar a los bombardeos de la OTAN en la antigua Yugoslavia.
La cadena de televisión CBS reveló, por su parte, que el Ejército estadounidense ha enviado al Mediterráneo oriental un cuarto buque de guerra armado con misiles balísticos capaces de alcanzar objetivos en Siria.
Frente a las presiones de los más duros, como el senador republicano de Arizona, John McCain, que han urgido a emprender alguna acción que contribuya al fin de Al Asad, el mandatario se muestra aún muy cauto.
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