Un portavoz de la oposición siria ha asegurado que todavía se siguen encontrando cuerpos de víctimas del supuesto ataque con armas químicas llevado a cabo ayer por el régimen de Bashar al Assad en suburbios al este de Damasco. "Esperamos que el número (de muertos) aumente porque acabamos de descubrir un barrio en Zamalka en el que hay casas llenas de personas muertas", ha afirmado el portavoz de la opositora Coalición Nacional Siria, Jaled Saleh.
Ayer, el dirigente opositor George Sabra había denunciado que podría haber hasta 1.300 muertos, mientras que otros grupos opositores han hablado de unos 500 fallecidos.
Por su parte, el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Londres pero una amplia red de informantes sobre el terreno, dijo anoche en un comunicado que había conseguido documentar 136 víctimas mortales de los bombardeos del Ejército sirio en Ghouta, incluidas numerosas mujeres y niños.
Sin embargo, aunque pide que se investigue el supuesto uso de armas químicas en dichos ataques, el comunicado se limita a denunciar que "las fuerzas armadas sirias han cometido el asalto militar más violento en el este y el oeste de Ghouta desde que comenzó el levantamiento" en marzo de 2011.
En él, según el Observatorio, el Ejército empleó "la fuerza aérea para bombardear ciudades y localidades y también lanzó cientos de cohetes y proyectiles de mortero". "El régimen disparó indiscriminadamente contra zonas con amplia población civil, matando e hiriendo a cientos de civiles, incluidas mujeres y niños, así como combatientes rebeldes", ha precisado.
Por otra parte, El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha pedido "claridad" sobre el supuesto ataque con armas químicas llevado a cabo este miércoles por el Ejército sirio sobre suburbios del este de Damasco.
"Hay una fuerte preocupación entre los miembros del Consejo de Seguridad sobre las acusaciones y un sentido general de que debe haber claridad sobre lo que ocurrió y que la situación debe seguirse estrechamente", ha dicho la presidenta 'pro témpore', la embajadora argentina María Cristina Perceval.
La reunión a puerta cerrada del órgano ejecutivo ha concluido sin un llamamiento a investigar lo ocurrido, a pesar de que 35 países, entre ellos Estados Unidos, Reino Unido y Francia, habían solicitado que los expertos de la ONU que ya están sobre el terreno incluyeran estos hechos en sus pesquisas.
Fuentes diplomáticas han revelado a la agencia de noticias Reuters que no ha sido posible porque Rusia y China --que ya han vetado varias resoluciones de condena a la violencia del Gobierno de Bashar al Assad-- se han opuesto a que los expertos de la ONU investiguen también esta denuncia.
A primera hora del miércoles varios activistas han denunciado que el Ejército sirio ha llevado a cabo un ataque con armas químicas en suburbios del este de Damasco, que habría dejado cientos de muertos. El líder opositor George Sabra ha hablado incluso de 1.300 fallecidos.
El Ejército sirio, por su parte, ha negado el uso de armas químicas y ha considerado que estas acusaciones son una muestra de "la histeria y las dificultades" de la oposición a Al Assad, que pretendería "desviar a los investigadores de la ONU de su labor".
Este supuesto bombardeo coincide con la llegada a Siria de un equipo de expertos de la ONU --liderado por el sueco Ake Sellstrom-- para investigar el uso de armas químicas. Las pesquisas se centrarán en tres lugares, aunque, de acuerdo con el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, seguirán analizando otros casos, "incluido el más reciente".
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