El G-20 ha aprobado una declaración en la que antepone el crecimiento a la austeridad con la intención de impulsar así una economía mundial que consideran que se está recuperando a un ritmo "aún muy débil". El grupo aboga por la cautela ante una recuperación que podría verse amenazada por la volatilidad de los mercados financieros.
Los ministros de Finanzas y gobernadores de los bancos centrales del grupo, reunidos en Moscú, finalmente han suscrito una declaración en la que reconocen los beneficios de las políticas monetarias expansivas en Estados Unidos y Japón, mientras que llaman la atención de los riesgos que suponen la recesión en la eurozona y la ralentización del crecimiento en los países emergentes.
"Aunque nuestras medidas han contribuido a contener los riesgos, éstos siguen siendo elevados", señala el comunicado final. "Ha habido un incremento de la volatilidad de los mercados financieros y un endurecimiento de las condiciones", reconoce.
La anfitriona, Rusia, ha señalado que los representantes han suavizado los objetivos de reducción de la deuda pública para favorecer el crecimiento y apostando por un abandono progresivo de los estímulos con la mínima agitación posible.
"Los colegas (del G-20) no han tomado la decisión de asumir la responsabilidad de reducir el déficit y la deuda para 2016", ha explicado el ministro de Finanzas ruso, Anton Siluanov, en declaraciones a Reuters. "Algunos creen que es necesario en primer lugar garantizar el crecimiento económico", ha indicado.
En cuanto a la situación en los países del sur de Europa, agravada por la fuga de capitales, los miembros del G-20 se comprometen a actuar "con decisión" mediante las reformas que sean necesarias para crear una unión bancaria europea que permita reavivar el crédito transfronterizo. "El debate entre crecimiento y austeridad parece que ha llegado al final y así se recoge en la potente declaración del G-20 en lo que respecta a crecimiento y empleo", ha señalado un alto cargo del Departamento del Tesoro de EEUU.
"Estados Unidos ha elegido buscar políticas macroeconómicas que impulsen el crecimiento y el empleo, con correcciones fiscales cuando la demanda privada sea lo suficientemente fuerte como para sostenerse a sí misma. El G-20 ha reconocido la importancia de lograr este equilibrio", ha añadido.
En la declaración, los miembros del G-20 apoyan un plan de acción que genere empleo y crecimiento y que reequilibre la demanda y la deuda a nivel global. El plan deberá estar listo para la cumbre de líderes del G-20 prevista para el próximo mes de septiembre, también en Rusia.
"Seguimos siendo conscientes de los riesgos y de los efectos negativos no buscado de periodos extensos de facilidad monetaria", señala el comunicado. "Los futuros cambios de política monetaria seguirán siendo cuidadosamente calibrados y claramente comunicados", añade.
Objetivo fiscal
A cambio de esta declaración de transparencia en la política monetaria, Washington logrado que en el texto no se incluyera ningún objetivo fiscal concreto y vinculante. Así, el documento establece que la consolidación deberá "calibrarse" en función de las condiciones económicas.
Los indicios de que la Reserva Federal de Estados Unidos podría reducir sus estímulos monetarios han estado en el centro del debate, ya que las economías emergentes están preocupadas por el impacto de una posible ola de ventas de acciones y bonos y un repunte del dólar.
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