El Banco de España prevé que la economía caiga este año el 1,5 por ciento y que el paro llegue al 27,1 por ciento, en un contexto de marcada debilidad en el que empresas y familias seguirán reduciendo deuda, los ingresos de los hogares continuarán a la baja y las administraciones mantendrán la austeridad en el gasto.
A ello se suma la crisis del sector inmobiliario, que después de más de cinco años de ajuste acelerará su caída en 2013, así como los riesgos a la baja que puedan provocar las dudas sobre la situación en la zona del euro, a pesar de que los mercados financieros se han normalizado.
El Gobierno considera pesimista el panorama que pinta el Banco de España en sus proyecciones para el bienio 2013-2014, según dijo ayer el secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre, que cree que la entidad ha partido de "un umbral muy conservador" en su análisis.
No obstante, Jiménez Latorre destacó que la entidad coincide con el Ejecutivo en que la situación mejorará conforme avance el año, ya que el Banco de España espera un repunte gradual de la actividad económica hacia el final de 2013 que antecederá a la recuperación en 2014, año para el que prevé tasas positivas todos los trimestres y un crecimiento anual de 0,6 por ciento.
Las estimaciones del Banco de España están en línea con las de la Comisión Europea, el FMI y la OCDE, que prevén que el PIB español retroceda entre el 1,4 y el 1,5 por ciento este año, frente a la proyección del Gobierno de que caiga sólo el 0,5 por ciento, aunque ya ha avanzado que en abril modificará al alza dicha previsión.
Respecto al mercado de trabajo, el Banco de España espera una destrucción de empleo del 3,8 por ciento en 2013 -más intensa en el sector público-, lo que elevará la tasa de paro por encima del 27 por ciento a pesar de la previsible disminución de la población activa.
La entidad señala además que ha hecho esta previsión partiendo del supuesto "prudente" de que la reforma laboral tendrá como efecto más moderación salarial en lugar de más despidos.
Para 2014 espera creación neta de puestos de trabajo en el sector privado, lo que corregirá "ligeramente" el nivel de desempleo al 26,8 por ciento, en tanto que el sector público continuará el ajuste a la baja.
El déficit público se situará ambos años en el entorno del 6 por ciento del Producto Interior Bruto , lo que pone de manifiesto que "la magnitud del ajuste fiscal pendiente es todavía significativa", a pesar del "intenso" esfuerzo ya realizado.
El proceso de consolidación fiscal y unas condiciones financieras "relativamente estrictas" son las principales causas que llevan a la entidad a pronosticar una caída de la demanda interna en 2013 del 4,3 por ciento (mayor que la de 2012).
El consumo de los hogares acelerará su caída hasta el 3 por ciento, puesto que las rentas laborales seguirán cayendo, en tanto que la inversión empresarial retrocederá una tasa media del entorno del 5 por ciento, si bien la entidad considera que en la segunda mitad del año la caída se podría moderar como consecuencia del dinamismo de la actividad exportadora.
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