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La falta de consumo e inversión agudizaron la recesión económica en el último trimestre de 2012, periodo en el que la economía cayó el 0,8 por ciento, cinco décimas más que en el trimestre precedente, en tanto que en el conjunto del año el retroceso fue del 1,42 por ciento.

De acuerdo con los datos definitivos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la caída de la economía en 2012 es consecuencia de la aportación más negativa de la demanda nacional, que ha restado 4,7 puntos al crecimiento, en tanto que la demanda externa ha mejorado su contribución positiva al PIB, hasta 2,8 puntos.
El secretario de Estado de Economía, Fernando Jiménez Latorre, dijo que el agravamiento del último trimestre es achacable a una mayor caída del consumo de los hogares provocada por la subida del IVA que entró en vigor en septiembre y por la supresión de la paga extra de diciembre a los empleados públicos.

Sin embargo, opinó que "lo peor" de la crisis se ha dejado atrás y que en el segundo semestre de 2013 llegará la recuperación de la economía.

Además destacó la importancia de que se hayan corregido desequilibrios como el del déficit por cuenta corriente, que ha disminuido casi un 80 por ciento en 2012, lo que ha permitido rebajar las necesidades de financiación exterior de la economía española a menos del 0,2 por ciento del PIB, frente al 3,2 por ciento de un año antes.

En el mercado interno, el consumo de los hogares se ha desplomado en el último trimestre de 2012 (3 por ciento interanual), aunque de forma más acentuada en el caso de los bienes duraderos y los servicios, lo que el Instituto Nacional de Estadística considera coherente con la caída del 8,5 por ciento de la remuneración de los asalariados, principal fuente de ingresos de las familias.

Además, en el último año se han destruido 805.000 puestos de trabajo a tiempo completo, lo que supone una caída del empleo del 4,7 por ciento.

Frente al consumo privado, el consumo público ha atenuado su contracción en la última parte del año, aunque sigue siendo mayor a la de un año antes, en línea con el proceso de consolidación fiscal de las administraciones públicas.

Al igual que las familias, las empresas han paralizado la inversión, que ha caído más de un 10 por ciento interanual, en consonancia con la caída de los indicadores de producción industrial, cifra de negocios e importaciones.