Egipto se lanzó ayer a votar en masa la nueva Constitución que ha sembrado la discordia entre islamistas y laicos, en un referendo marcado por numerosas denuncias de irregularidades que amenazan con enturbiar el desenlace del proceso.
Desde la apertura de los colegios electorales a las 08.00 hora local, se registraron largas colas de hombres y mujeres que quisieron ejercer su derecho al voto, condicionados por la tensión política que durante semanas se ha visto reflejada en las calles con masivas manifestaciones y hasta episodios violentos.
En la Facultad de Bellas Artes, en el acomodado barrio cairota de Zamalek, un empleado del sector turístico, Faiz Amin, explicó a Efe que votó en contra de la Carta Magna ante la falta de consenso nacional en su elaboración.
El rechazo a la Constitución promovido por la oposición ha calado en esa zona de la capital egipcia, de marcado ambiente liberal, pero también en otros lugares más populares como el barrio de Sayida Zeinab.
En este último, los electores consultados por Efe se dividían entre quienes apoyaban la nueva Carta Magna por ser "garantía de progreso", y sus detractores, que insisten en que ha sido monopolizada por los islamistas en el poder.
"Veo que la elite del país, como los abogados, jueces o periodistas, que entienden de leyes, rechazan la Constitución y hay artículos de ella que no me gustan", declaró a Efe Medhad Naser, quien votó en contra de la nueva carta magna.
Del lado contrario, el joven Magdi Ismail aseguró a Efe que respaldó la Carta Magna para "no gastar otro año en redactar un nuevo proyecto".
Los opositores, en su mayoría liberales y laicos, critican que el texto constitucional haya sido aprobado por una Asamblea dominada por islamistas y alegan que recorta derechos y libertades y abre la puerta a una interpretación islamista de la ley, entre otros aspectos.
Los líderes de la oposición y ex candidatos presidenciales Mohamed el Baradei, Hamdin Sabahi y Amro Musa insistieron hoy en la necesidad de votar "no" a la nueva Constitución.
Todos ellos están agrupados en el Frente de Salvación Nacional, que denunció "irregularidades generalizadas" en el referéndum y acusó a los Hermanos Musulmanes de querer falsear el proceso para lograr la aprobación del texto.
Entre las infracciones detectadas por el Frente y otros grupos civiles figuran la existencia de muchas urnas sin sellar con cera roja y el uso de supuesta "tinta mágica" para marcar los dedos de quienes ya han votado y que se borra al cabo de un rato.
También denunciaron que simpatizantes de los Hermanos Musulmanes obstaculizaron la entrada a los colegios de observadores ajenos a su partido, mientras que el Movimiento revolucionario 6 de Abril alegó que en algunas mesas había funcionarios que se hacían pasar por jueces, encargados de supervisar el voto.
Una parte de los magistrados boicoteó la cita en repulsa por las últimas decisiones del presidente egipcio, Mohamed Mursi, lo que ha obligado a ampliar la votación al próximo día 22 para garantizar la supervisión del proceso.
El Consejo Nacional de Derechos Humanos dijo haber recibido 110 quejas de observadores locales y electores durante la votación, que -a diferencia de otras veces- carece de observación internacional.
Las dudas de algunos grupos sobre la transparencia del referendo contrastaron con la versión de la Comisión Electoral y el Ministerio del Interior egipcios, que destacaron la ausencia de incidentes significativos en una jornada en la estaban llamados a votar unos 26 millones de personas en diez provincias del país. La alta participación obligó a extender cuatro horas el cierre de los colegios electorales.
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