Más de 240 personas murieron el martes como consecuencia de la ola de violencia en Siria por los enfrentamientos entre opositores armados y fuerzas leales al régimen de Bashar al Assad, según ha informado el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
De acuerdo a esa organización, unas 40 personas murieron en la ciudad de Homs, en el centro de Siria, donde el martes se registró un ataque de por parte de grupos armados que mataron a 16 alauíes y cristianos, en el centro turístico de Jandar.
Los ataques se han recrudecido en la ciudad de Alepo, considerado un importante enclave comercial y bastión de los rebeldes. Soldados sirios han logrado sitiar a los opositores armados después de haber tomado el control del distrito de Salaheddine. Según la televisión estatal, la mayoría de los rebeldes murieron a manos de las fuerzas gubernamentales.
La intensidad del conflicto en la mayor ciudad de Siria y otras áreas sugiere que Al Assad sigue determinado a aferrarse al poder, con el apoyo de Irán y Rusia, pese a haber sufrido duros reveses con las dimisiones de algunos de sus funcionarios.
La ofensiva militar parecía ser el ataque terrestre más significativo en Alepo desde que los rebeldes tomaron una zona de la ciudad que se extiende desde el sudeste al noroeste hace tres semanas.
Joma Abu Ahmed, un activista del Ejército Libre Sirio, dijo a Reuters que los insurgentes se habían retirado a la localidad de Saif al Dawla, que no estaba siendo atacado por los tanques del Ejército y aviones de combate.
Algunos rebeldes negaron haberse retirado mientras que el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos asegura que los combates en esa zona de Alepo han sido los más violentos desde que los insurgentes entraron.
Amnistía Internacional divulgó ayer imágenes obtenidas por satélite que muestran el supuesto uso de armamento pesado por parte del régimen de Al Assad en Alepo y sus alrededores.
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