Los incendios de la Jonquera y de Portbou, en Girona, fueron provocados por colillas tiradas por la ventana de vehículos. La Generalitat ha pedido a los ciudadanos que extremen las precauciones durante el verano y el Gobierno ha anunciado que endurecerá las penas a los imprudentes mientras que ya son cuatro los fallecidos por los fuegos.
El consejero del Interior de la Generalitat de Cataluña, Felip Puig, declaró ayer que los incendios que continúan sin extinguirse en el Alt Empordà fueron provocados por colillas arrojadas desde vehículos que circulaban por carreteras cercanas. Puig hizo un llamamiento para erradicar esa costumbre.
También Artur Mas, presidente del Govern catalán, hizo "un llamamiento a la población, a la de aquí y la de fuera" para que se extreme la prudencia. Criticó con dureza a quienes cometen imprudencias sin tener en cuenta que "las consecuencias son tremendas". Y también resaltó que este verano las condiciones son "muy malas, porque hemos tenido mucha sequía en invierno, y eso provoca que haya una base en los bosques que muy fácilmente se quema".
El incendio del Alt Empordà ha afectado ya a unas 14.000 hectáreas, mientras que la superficie quemada ronda las 9.000. Se trata de los incendios más graves que se han registrado en Cataluña desde 1986.
A lo largo del fin de semana, el área oriental del fuego ha quedado, según Puig, "más que razonablemente estable", mientras que el flanco occidental se ha mantenido sin control. El consejero de Interior consideró que esto se ha debido al viento, que "ha girado de modo extraño, y en una o dos horas ha hecho un giro de 360 grados".
Preguntado por si se plantea declarar zona catastrófica el terreno, Puig aseguró que si los ayuntamientos de las localidades afectadas lo piden se trasladará la iniciativa al Gobierno, pero debatirlo ahora sería "prematuro, y lo más prudente es esperar a apagar el fuego y hacer las valoraciones pertinentes".
Hasta el momento se han registrado cuatro víctimas mortales del incendio, la última de ellas un hombre de 64 años y nacionalidad francesa que falleció a causa de sus quemaduras en el Hospital Vall d'Hebron de Barcelona. Además un hombre de 43 años y su hija de 15 fallecieron al tirarse al mar en Portbou para huir de las llamas.
En total, la cifra de heridos por el fuego y los diferentes accidentes que se han derivado de él ha sobrepasado los 80, entre leves y graves. La Generalitat ha abierto el consultorio de Portbou y ha reforzado los centros de atención primaria de la zona. Sólo ocho de los heridos han permanecido ingresados.
Penas más duras
Dadas las graves consecuencias que generan en vidas humanas y pérdidas materiales, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, defendió una reforma del Código Penal con penas más duras para los autores de incendios forestales por imprudencias.
En declaraciones a los medios tras visitar el centro de mando de Figueres, explicó que en el caso de este incendio, que se habría iniciado por una imprudencia, cree que "no se puede seguir teniendo una situación penal de este tipo dadas las consecuencias que provocan estas imprudencias que causan catástrofes" y apuesta por ser más contundentes.
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