Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea celebrarán una reunión extraordinaria el próximo 23 de mayo en Bruselas, centrada en el crecimiento económico como complemento a las medidas de austeridad para salir de la crisis, anunció ayer el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy.
La reunión tendrá el formato de una cena de los líderes de los Veintisiete y permitirá mantener una discusión general y estructurar el debate de cara al Consejo Europeo del 28 y 29 de junio.
Los resultados electorales en Francia y Grecia han acelerado un proceso de cambio en la política económica comunitaria, que en realidad se había iniciado ya aunque tímidamente a principios de año, con la cumbre de febrero dedicada en exclusiva al crecimiento y al empleo.
Este encuentro al máximo nivel comunitario será el primero al que asista el nuevo presidente francés, el socialista François Hollande, quien tomará posesión el próximo día 15, por lo que podrá exponer sus ideas al resto de líderes europeos.
Hollande defendió en su campaña electoral la necesidad de tomar medidas que promuevan el crecimiento en lugar de centrarse exclusivamente en la austeridad, e incluso llegó a solicitar la renegociación del llamado "pacto fiscal", destinado a reforzar la disciplina presupuestaria en la UE y aún en proceso de ratificación.
El cambio de rumbo en la política francesa desestructura por completo el eje franco-alemán que encarnaban la canciller Angela Merkel y el todavía presidente francés Nicolas Sarkozy, e inyecta aire fresco en la toma de decisiones en Europa.
"Todos estamos de acuerdo en que necesitamos impulsar el crecimiento en Europa", aseguró ayer en rueda de prensa el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, quien recalcó, no obstante, que también se necesita estabilidad y que la crisis ha mostrado que un crecimiento basado solo por el aumento del endeudamiento es insostenible.
El comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, que compareció junto a Barroso, consideró que "el debate 'consolidación contra crecimiento' es forzado" y sostuvo que para salir de la crisis se precisan ambos simultáneamente.
Tanto Barroso como Rehn incidieron en que el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC) -que fija los niveles máximos de deuda y déficit en el 60 por ciento y el 3 por ciento del PIB, respectivamente- está diseñado de manera inteligente y permite adaptaciones si al mismo tiempo el país sigue firmemente centrado en la sostenibilidad de sus finanzas públicas. En concreto, el PEC permite ampliar un año el plazo para la corrección del déficit excesivo cuando el Estado miembro afectado haya tomado medidas eficaces, pero aparezcan "factores económicos adversos e inesperados".
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