Al menos 101 personas murieron ayer en Siria, la mayoría en el bombardeo lanzado por las tropas del régimen de Bachar al Asad contra la ciudad central de Homs y la provincia septentrional de Idleb, según denunció un grupo opositor.
Los Comités de Coordinación Local (CCL) informaron en un comunicado de la muerte de 55 personas en Idleb y 40 en Homs, los principales bastiones de la oposición a Al Asad.
El grupo opositor denunció una masacre en la zona de Yabal al Zauya de Idleb, fronteriza con Turquía, objeto de frecuentes ofensivas del régimen por ser refugio de militares desertores.
En esa zona, las fuerzas leales a Al Asad bombardearon e irrumpieron con tanques en las localidades de Ibdita y Eblin, donde una decena de viviendas fueron destruidas y las calles permanecen desiertas debido a los intensos disparos.
En Ibdita, los CCL señalaron que uno de los casos más dramáticos fue el asesinato de siete hombres, miembros de una misma familia, que fueron detenidos, torturados y encerrados en una especie de cueva, que a continuación fue incendiada por las fuerzas de seguridad.
La ciudad de Homs, que sufre un asedio desde hace dieciocho días, fue de nuevo castigada por los bombardeos, en especial el barrio de Bab Amro, donde los CCL documentaron la muerte de al menos tres menores y tres mujeres entre las víctimas.
A parte de los bombardeos contra Homs e Idleb, las acciones represoras de las tropas del régimen causaron tres muertos en poblaciones de los alrededores de Damasco, dos en Deir el Zur (este) y uno en Alepo (norte). Estas informaciones no han podido ser verificadas de forma independiente debido a las restricciones impuestas por las autoridades sirias a los periodistas para trabajar.
Los opositores calculan que más de 8.500 personas han perdido la vida por la represión gubernamental desde el inicio de las protestas en Siria a mediados de marzo pasado, frente a las 5.000 contabilizadas por la ONU, que en enero pasado dejó de actualizar la cifra por la dificultad para recabar la información.
Nuevo llamamiento
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) hizo ayer un nuevo llamamiento de urgencia al Gobierno sirio y a las fuerzas opositoras, en este caso para que cesen las hostilidades al menos durante dos horas al día con el objetivo de poder incrementar la asistencia humanitaria a la población civil.
"La situación actual exige que se tome una decisión de manera inmediata para poner en marcha una pausa humanitaria en los combates", señaló el presidente del CICR, Jakob Kellenberger.
En un comunicado, Kellenberger indica que esa pausa "debería durar al menos dos horas cada día, a fin de permitir que el personal del CICR y de la Media Luna Roja siria tengan tiempo para distribuir la ayuda y evacuar a los heridos y a los enfermos".
El presidente del CICR recordó que en la ciudad de Homs y en otras zonas del país familias enteras están bloqueadas desde hace días en sus casas, incapaces de salir para obtener alimentos básicos o medicamentos de urgencia por la violencia de los combates.
Kellenberger explicó que el Comité ha estado en contacto en los últimos días con las autoridades de Damasco y con líderes de la oposición para tratar de negociar esta pausa en las hostilidades.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Menorca - Es diari
De momento no hay comentarios.