"Seré el secretario general de todos los socialistas, sin facturas ni salvoconductos". Se trata de la primera declaración de intenciones de Alfredo Pérez Rubalcaba como nuevo líder del PSOE.
El exministro del Interior logró ayer en el 38 Congreso Federal celebrado en Sevilla un total de 487 votos, el 51,16 por ciento, y se impuso a por 22 votos a su contrincante, Carme Chacón.
La extitular de Defensa dio a Rubalcaba su "más sincera felicitación" y pidió que, a partir de este lunes, trabajen "todos juntos" por el partido.
Ajustada. Así fue la victoria lograda ayer por Alfredo Pérez Rubalcaba. Tan solo 22 votos separaron a ambos candidatos. El nuevo secretario general del PSOE obtuvo 487 votos, el 51,16 por ciento, frente a los 465 de su contrincante, Carme Chacón, 48,84 por ciento, con dos blancos y uno nulo.
Tras más de una hora de demora en el recuento de los votos de los 956 delegados presentes en el 38 Congreso Federal que tuvo lugar en Sevilla, el secretario general del PSOE andaluz, José Antonio Griñán, le proclamaba oficialmente como "la respuesta socialista", en alusión al lema del cónclave.
Tras conocerse el resultado, Rubalcaba llegaba al Plenario acompañado de José Luis Rodríguez Zapatero, Elena Valenciano y Trinidad Jiménez, y coreado por sus seguidores.
Lo primero que hizo fue comprometerse a ser el "secretario general de todos los socialistas, os aseguro que de todos, sin facturas ni salvoconductos" y tuvo palabras de agradecimiento para la que ha sido su rival, Carme Chacón, por haber "contribuido también a que ésta sea una buena tarde para el Partido Socialista".
Rubalcaba pidió al PSOE, "unidad y cambio". "Y fijaos en que he cambiado el orden porque éste es ya un momento de unidad, un acto de unidad". Mucho más emotivo que en su discurso de candidato, el nuevo líder socialista apeló a la fuerza del partido.
"Somos un partido fuerte, por eso estamos aquí y por eso hay tanta gente viéndonos fuera". Mientras el plenario le aplaudía puesto en pie, aseguró que ese es el tono que ha visto en los militantes recorriendo agrupaciones por toda España, "responsabilizados pero no de brazos caídos".
Tras dar las gracias "de corazón" a quienes votaron, a él o a su rival, y a la propia Chacón por su "trabajo estas semanas" y su discurso de este sábado, ha proclamado su enorme "orgullo y responsabilidad" como nuevo secretario general.
Sus modelos, aseguró, serán tres de las personas que más quiere en el PSOE, sus tres antecesores en democracia: Felipe González, Joaquín Almunia y José Luis Rodríguez Zapatero.
"Simplemente me gustaría que cuando me despida del cargo lo hagáis con el mismo cariño que cuando despedisteis a Felipe, a Joaquín y a José Luis", añadió, remachando incluso que "lo importante no es saber llegar sino saber salir".
Asimismo, Rubalcaba advirtió de que hasta ahora el PSOE sólo ha hecho "lo más fácil" y que le toca ponerse a trabajar para dar respuestas a los desempleados, a los jóvenes, a las mujeres a quienes la derecha les quiere quitar "el derecho conquistado de decidir libremente sobre su maternidad" y a todos los españoles a quienes se les dice que "se acabó la fiesta" cuando no han hecho más que trabajar.
"Mañana tendremos que dirigirnos a los españoles y decirles que hemos hecho algo más que elegir un secretario general, que hemos puesto las bases de un nuevo proyecto pensando en ellos", afirmó, aludiendo al trabajo de enmiendas y de redacción de su proyecto de cambio que acometerán esta tarde los socialistas.
Una actitud que contrastaba con la mostrada por la mañana en su discurso como candidato, sosegado y poco 'mitinero'. En él Rubalcaba apostaba por un liderazgo "fuerte", pero más colectivo que carismático.
En esta línea, el exvicepresidente aseguró que no se va a "quebrar" y que no le van a hacer dar "un solo paso atrás". Sin embargo, dijo que él no cree en "salvadores" y que no cree que este sea un momento para liderazgos "personalistas" ni "carismáticos".
"Me vais a oír emplear muchas veces el nosotros y muy pocas veces el yo", dijo en su discurso, de una hora, ante el Plenario.
Además, el extitular de Interior confiaba en recuperar la confianza de los ciudadanos con un proyecto de cambio para "seguir siendo el PSOE", sin "renunciar" a ser "partido", ni "socialista", ni "obrero" ni tampoco "español".
Rubalcaba no desaprovechó la jornada para arremeter contra el Gobierno del Partido Popuilar y afirmó que la derecha ha demostrado que su "prisa" por llegar al poder era para llevar a cabo no un "ajuste económico" sino un "ajuste ideológico", una verdadera "operación política muy de fondo" y un "retroceso en toda regla".
Por este motivo, propuso que el PSOE se plantee "seriamente" reclamar la revisión del acuerdo entre España y la Santa Sede si el Ejecutivo de Mariano Rajoy insiste en "retroceder 30 años" con sus recortes en derechos de los ciudadanos.
En esta situación, el nuevo secretario general avisó a los socialistas de que la tarea de oposición es "especialmente importante" y aseguro que ésta debe ser ante todo "útil", lejos del "radicalismo verbal", pero teniendo muy presente que la que la educación y la sanidad públicas sean "intocables".
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