La canciller alemana, Angela Merkel, respaldó ayer la política de austeridad y de reformas estructurales del presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, quien pidió que los excedentes de los fondos europeos se destinen a crear empleo.
La primera visita de Rajoy a Berlín como presidente del Gobierno se resumió en una hora y media de reunión y en una rueda de prensa en la que Merkel aplaudió el camino emprendido por el jefe del Ejecutivo español.
"Lo seguimos con mucho respeto, son a veces pasos que no son nada fáciles y le deseamos mucho éxito en todos los esfuerzos que está desplegando", manifestó la canciller.
Recordando el ejemplo alemán, apoyó la reforma laboral que le ha avanzado Rajoy y se mostró convencida de que a medio y largo plazo contribuirá de forma notable a crear puestos de trabajo.
Ambos mandatarios elogiaron además el acuerdo de sindicatos y empresarios que desvincula los salarios de la inflación, pacto que Rajoy calificó de "bueno para España".
Rajoy consideró que la política de su Gobierno coincide con la línea por la que camina la UE: apuesta en primer lugar por la contención del déficit y tiene como "gran objetivo nacional" el crecimiento y el empleo, para lo que ultima reformas estructurales.
Las primeras reformas, explicó Mariano Rajoy, serán las del mercado laboral y del sector financiero.
Destacó además la importancia de la ley de estabilidad presupuestaria que aprobará hoy el Consejo de Ministros, que establecerá limites a la emisión de deuda pública y al déficit y obligará a todas las administraciones a fijar un techo de gasto con un sistema de sanciones para las incumplidoras.
Rajoy no habló con Merkel de la posibilidad de que se flexibilice el objetivo de déficit para este año al haber empeorado las previsiones de crecimiento.
"El Gobierno de España está comprometido con la reducción del déficit; estoy absolutamente convencido de que no hay que gastar por encima de las posibilidades de uno", recalcó Rajoy antes de recordar que el año pasado España gastó 91.000 millones de euros más de los que ingresó.
Reconoció que éste será "un año duro y difícil", pero aseguró que el Gobierno está "trabajando para el futuro".
"Sabemos que esto no se soluciona en media hora, no hay varita mágica ni soluciones milagrosas, pero la política de consolidación fiscal acompañada de reformas estructurales puede colocarnos en una situación de crecimiento sostenido y creación de empleo", dijo.
En este contexto, anunció que en su primer Consejo Europeo, el próximo lunes en Bruselas, pedirá que los excedentes de los fondos estructurales y de cohesión se destinen a programas de generación de empleo, posibilidad que ya habían avanzado la propia Merkel y el presidente francés, Nicolas Sarkozy. La canciller le mostró su respaldo y ha garantizado que será "flexible" en la utilización de esos excedentes, con los que se podría establecer bonificaciones a las empresas que contraten a jóvenes en paro y proyectos de formación profesional.
Junto a esta iniciativa, Rajoy defenderá ante los socios europeos que los directivos de las entidades financieras que hayan recibido ayudas públicas tengan una remuneración armonizada en todos los países, "sensata y razonable".
Defendió también la apertura de un debate sobre el denominado "modelo austríaco" de desempleo, consistente en que cada trabajador destine una parte de su cotización al desempleo a "una pequeña mochila" que pueda trasladar consigo cuando cambie de empleo.
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